“Que se lance por las chelas”, “Un traguito no le hace nada”, “¡Déjalo que pruebe!”, “Qué chistoso se ve con la botella en la mano, ¡tómale una foto!”. Seguro has escuchado o alguna vez te dijeron estas frases que creíamos normales, pero la verdad es que no están nada chidas.

Imaginemos la siguiente escena: familiares riendo y celebrando que niños o hasta bebés carguen la botella o prueben un trago de alcohol. Aunque parece inofensivo o incluso gracioso, estas actitudes en realidad atentan contra el bienestar de jóvenes y menores de edad.

Es posible que una persona adulta piense que al ofrecerle “una probadita” de alcohol a un menor está de alguna manera vigilándolo o protegiéndolo. Esta idea podría dar una falsa sensación de seguridad.

De acuerdo con la Fundación de Investigaciones Sociales, asociación civil con más de 40 años de trabajo en la prevención del consumo nocivo de alcohol en el país, muchas personas adultas piensan que celebrar el inicio del consumo de alcohol ayudará a formar en menores de edad una actitud saludable o cool frente a la bebida. Pero la cosa no funciona así.

De acuerdo con información de la Fundación de Investigaciones Sociales(1), diversos estudios hechos en universidades mexicanas y estadounidenses han demostrado que ofrecer alcohol a personas de edades tempranas promueve que se habitúen a su consumo; además, a menor percepción de riesgo mayor probabilidad de que los menores de edad consuman bebidas alcohólicas.

El cuerpo de menores de 18 años no está preparado para metabolizar el alcohol, no importa si es “solo un traguito”. Poca gente sabe que ingerir alcohol durante la fase de crecimiento afecta el desarrollo normal del cerebro y otros órganos. Esto les quita toda la supuesta diversión a esas “inofensivas” probaditas, ¿estás de acuerdo?

De acuerdo a información compartida por la misma fundación, se reveló que entre menores de edad mexicanos que asisten a fiestas, las morritas toman poco más de cinco copas y los morros más de siete, tan sólo en el precopeo.

Recordemos que, entre los 12 y 17 años, las personas experimentan muchísimos cambios físicos, psicológicos y emocionales. Esto es totalmente normal, pero les hace especialmente vulnerables, sobre todo en espacios donde beber alcohol es algo cotidiano. Es hora de que, antes de consentirnos con un traguito coqueto, miremos con atención y pensemos en las personas que tenemos alrededor en casa.

Recuerda la importancia de poner el ejemplo. Si se trata de compartir, mejor fomenta actividades saludables. Anima a tu familia y a cualquier persona menor de edad para que aprenda a tocar un instrumento musical, vayan a acampar (será gran experiencia inolvidable con todo y mosquitos) o estimula el practicar un nuevo deporte. Para este tipo de convivencia no se necesita un trago y serán más felices sin que se le dañen las neuronas.

El compromiso de Tecate a través de su nueva iniciativa Tecate 18+, es generar conciencia y evitar el consumo de alcohol en menores de edad.

Forma parte de la solución: https://www.tecate.com/18+tecate

CONTENIDO HECHO EN COLABORACIÓN CON TECATE.

Fuentes:

(1) Información compartida por la Fundación de Investigaciones Sociales