Chilango

Ay, qué calor en la ciudad

Fractal.com

Mucho sol es igual a ropa pequeñita y mucha piel. Ya llevamos varios días así, sufriendo el calor, o disfrutándolo, según lo quieras ver. Andamos todos abochornados, sudorosos, sedientos y a veces hasta enfermos, ¡estos dolores de cabeza! Atrás quedaron las bufandas y los guantes, el ponchecito, las botas, y llegaron los mangos, chabacanos, kiwis, la piel bien bronceada.

En la calle todos andamos acapulqueando con ropa ligera, bronceador, gafas para el sol, gorras, sombreros, sombrillas. Y aunque hasta a playas artificiales llegamos, algunos nada más necesitamos aplicar el aire fresco en la azotea, el remojón en la vía pública, o el bon-ice.

El calor se siente, se padece… Capitalinos, turistas o vacacionistas salen a caminar con armadura ligera para hacer frente a estos sofocantes días: en el lugar de trabajo, el transporte público o la escuela. Ya ni siquiera importa si te vas por la sombrita…el sol sale para todos; uno quemante y agotador.

Las estadísticas están llenas de cifras que este año superaron al anterior… A este paso, en medio de catástrofes nucleares y ecológicas, ¿será que la humanidad terminará como gotas de agua sobre un comal caliente?