Chilango

Infidelidades que salvan matrimonios

Especial

“Mi nombre es Lucía. Estoy casada, tengo hijos, no quiero tener nada especial, simplemente un compañero sexual”, así, directo, sin rodeos, es como se conectan millones de personas a través de la página AshleyMadison.com, una red social dirigida a hombres y mujeres que buscan abiertamente tener una que otra aventurilla con total reserva.

Esta red, la segunda más importante del mundo, después de Facebook, llegó a nuestro país hace 10 meses. Durante este tiempo ha recogido 325 mil usuarios; tan sólo en los primeros 12 días de su nacimiento sumó 100 mil. Sin embargo, su historia en la cabecita de los usuarios mexicanos viene de tiempo atrás, cuando al correo electrónico de Daniela Torres, Coordinadora de las Operaciones de la página en América Latina, llegaban docenas de mails en los que le preguntaban cuándo llegaría este servicio a nuestro país. 

Cuando por fin se juntaron las variables y Ashley Madison (cuyo logotipo incluye una “sortija”) apareció en México se encontraron con varias situaciones: la fuerte moralidad de sus habitantes y la lógica del mercado: su demanda era más femenina que masculina, las mujeres que solicitaban el servicio tenían, en promedio, 33 años y su motivación tenía más que ver con sus necesidades sexuales que con las emocionales.

“En México, el mercado femenino es muy moralista. Se da por hecho que los hombres en algún momento son infieles, porque nuestra sociedad lo acepta. Las mujeres no. Lo que tratamos de hacer es comunicarnos con ellas para que entiendan que está bien ir a buscar lo que les hace falta: Daniela Torres”.

La infidelidad es algo totalmente natural

“Ashley Madison es para lo que es…”, o sea, para encontrar una pareja sexual. Bueno, no necesariamente, aunque sí para buscar una compañía del sexo opuesto, si quieres intimar la decisión ya corre por tu cuenta.

La página funciona así: te inscribes con un seudónimo, te piden tu código postal para saber qué perfiles están más cerca de ti, puedes subir el contenido fotográfico que quieras y dar acceso a quien quieras. No hay censura. “Si alguien quiere subir su foto desnudo o de sus partes privadas está bien. Pero nosotros advertimos: esta persona tiene estas fotos”. La elección de mostrarlas y verlas es de los usuarios.

Quienes andan en busca de nuevos amoríos pueden tomarse su tiempo para decidir si les gusta lo que están viendo y entrar en contacto. Como en los antros, las chicas entran gratis. Los hombres pagan por créditos: 49 dólares por 100 créditos, 79 dólares por 500 y 249 dólares por mil. Contactar a cada nueva persona cuesta 5 créditos. Lo que significa que el plan más económico te da acceso a 20 usuarios.

¿Quién diablos son Ashley y Madison?

El nombre de la página surgió tras un estudio: ¿cuáles eran en 2002 los dos nombres más populares de mujeres en Estados Unidos? Pues Ashley y Madison. La lógica fue que si así es como los padres estaban llamando a sus hijas seguramente serían nombres que se quedarían fácilmente en la cabeza de las personas. 

“La infidelidad no es un negocio”

Torres explicó que los fundadores de la página ubicaron un mercado que no estaba siendo atendido: hombres y mujeres con necesidades particulares. Ellos buscaban mujeres en páginas de citas pretendiendo ser solteros y con la intención de estar con una nueva persona; ellas buscaban discreción y privacidad, dejar de ser sólo infieles en su cabeza, tener otras herramientas.

Y sí, “hombres y mujeres son infieles porque sienten deseos sexuales. Si comienzas a sentirte insatisfecho, buscas, quieres ser feliz”.

Esto es lo que Ashley Madison promete: “La vida es corta. Ten un amorío”.

Cyberdating que salva matrimonios

La coordinadora de América Latina dijo que tienen muchos relatos de mujeres mexicanas como el siguiente: “Conocí a una persona, fue una experiencia increíble, pero ya se acabó y me siento mucho mejor como mujer…”. Pasa que ellas se sienten más deseadas tras una relación que las hizo sentirse más sexies. Y eso se lo demuestran a sus maridos, quienes “de repente te dicen: estás de linda, más arreglada, más sonriente, de mejor humor”.

¿Y por qué si están casados en lugar de “pintarse el cuerno” simplemente no se separan?, según Daniela porque “divorciarte significa separar tus bienes de tu esposo, darles ese dolor a tus hijos, perder a tu compañía. O simplemente no quieres dejarlo, porque enamorado sí estás, aunque tal vez también un poco aburrido. Y no, no se trata de cambiar tu estilo de vida, sólo de satisfacer tus necesidades”.