Chilango

Festival de Cine en el Campo

Cortesía

 

El Festival de Cine en el Campo es un proyecto que nace a mediados del 2008 como una plataforma para establecer el diálogo cinematográfico entre las comunidades rurales del país. Después de cuatro festivales itinerantes, ha acercado el cine a comunidades de toda la República Mexicana. Como parte del festival se han llevado a cabo una serie de talleres dedicados a la producción cinematográfica por parte de gente del campo. Incluso en su segunda edición se realizó un documental gestionado e ideado enteramente por una comunidad en Jalisco para impedir la construcción de una carretera que amenazaba los recursos naturales de la zona y en su tercer festival se organizaron talleres de stop-motion sobre temas ambientales para niños.

En Pase Usted decidimos acercarnos a Fernanda Rivero, directora del festival, para platicar sobre éste como una exploración hacia alternativas educativas a través de medios no tradicionales.

 

PUD: El festival recuerda al proyecto de “Cine móvil” que se hizo en Cuba en los años 60. ¿Hay alguna inspiración en ese proyecto?

FR: No, de hecho lo conocí ya después. En realidad lo que me inspiró es que hago documentales también. Hice un documental hace cuatro años en una comunidad en Tlaxcala y lo proyecté en una sábana en la plaza de la comunidad.  Me impresionó mucho ver la reacción de la gente porque nunca habían visto proyectado, primero en grande y luego verse a ellos. Cuando vi eso dije: ¿Cuántas comunidades hay en éste país que no tienen acceso al cine? ¿Y cuantas que no ven historias distintas, que sólo ven la televisión, telenovelas?

PUD: Claro, y que nunca se ven a ellos mismos representados.

FR: Exacto, por eso el primer año fueron “Historias en el campo”: historias con las que se identificaran.

PUD: ¿Y los cortos que proyectan son hechos por gente de la ciudad?

FR: Casi todos los hacen gente de la ciudad y de otros países. Nos llegan muchos cortos de España. Los últimos dos años han ganado cortos de España.

PUD: ¿Y cómo reacciona la gente?

FR: Lo que hemos tratado de hacer es proyectar historias más universales. Entonces,  les puede parecer muy novedosa, por ejemplo, la animación. Para ellos puede ser muy novedosa la manera de contar una historia. Yo creo que es un proceso de aprendizaje para ver otro tipo de historias. Les gusta, se quedan hasta el final y a muchos los ves con cara de impresionados.

Aspecto de las funciones nocturnas (Cortesía)

PUD: ¿Entonces sí hay una intención educativa…?

FR: Mira, ha sido sobre todo un aprendizaje. El año pasado que el tema era Agua y Cosecha nos llegaron muchos documentales. Casi todo era documental y a la gente le cuesta mucho trabajo entender los documentales. No sé si se aburren o si se sienten demasiado identificados. Entonces ya vimos que el documental es complicado que funcione. Tiene que haber una mezcla: Historias de ficción, animación, documentales. Este año no hubo ningún documental, fueron solo historias de ficción. El tema fue “Historias por un mundo mejor”. Entonces había un corto sobre migración, había un corto sobre reflexión del agua, había un corto sobre la vida y la muerte y otro sobre el cambio climático. Este año ha sido de los que mejor nos ha funcionado: Tuvimos 10,000 espectadores. Ni las salas de cine tienen éste nivel de espectadores.

PUD: Por ejemplo, este corto que hicieron para impedir la construcción de la carretera. ¿Tuvo impacto real?

FR: Pues lo presentaron en el juicio. Lo hicimos en conjunto con una asociación que se llama La Conservación. Trabajan con los huicholes y lo presentaron en muchas reuniones. Sí funcionó, y hasta la fecha no se ha construido la carretera. Creo que fue una herramienta que les ayudó en los juicios.

FR: ¿Nos puedes contar un poco más sobre este proceso? ¿Cómo hicieron para que ésta comunidad llegara a hacer cine?

FR:  Alrededor de ocho meses antes habían metido las máquinas a la comunidad. Los Huicholes se pararon enfrente de las máquinas y dijeron: -”¡No nos vamos a mover hasta que quiten las máquinas!”-. Se quedaron como 3 meses acampando enfrente de las máquinas y alguien los grabó con una camarita. Entonces, tiempo después los de la A.C. de “La Conservación” se acercaron y nos explicaron que necesitaban la herramienta.

Los líderes de la comunidad, dentro de estas reuniones que tienen cada mes y donde se hacen acuerdos, decidieron que sería una buena herramienta. Entonces fuimos a la sierra entre Jalisco y Nayarit, tuvimos una asamblea con la comunidad y se hicieron los acuerdos. La comunidad acordó que Shaorem era el que decía quién salía y quién no. Luego nos sentamos y nos dijo: -“Que hable Juanita de cuando quisieron poner los postes de luz porque ella fue la que tal…-”. La grabábamos y ella nos explicaba. Así fuimos visitando a toda la comunidad.  Luego fuimos con los Marakames, que son los más viejos.

PUD: Entonces es un proyecto educativo de ambos lados. Siempre hacer un taller puede parecer fácil pero tiene un proceso educativo bastante profundo. ¿Ustedes recibieron asesoría? ¿Cómo funcionó?

FR: En el de la comunidad Huichol sabíamos de la problemática y era un tipo de taller distinto. En el segundo que hicimos en Michoacán involucramos a personas que están acostumbradas a dar talleres a niños. Este año vino una chica de India acostumbrada a dar talleres sobre ecología. Entonces, siempre hay gente muy empapada del tema.

PUD: ¿Y por qué usar al cine?

FR: Primero porque me dedico al cine. Entonces, es algo que conozco y yo creo que el cine es una herramienta muy poderosa para llegar a la gente, para contar historias y para hacer reflexiones.