Chilango

DE A PIE por La Candelaria con Mario Bojórquez

Foto: Cuartoscuro

Nuestro guía de este paseo por Pueblo de la Candelaria es Mario Bojórquez, poeta, traductor, editor y —muy ad hoc con su profesión— coleccionista de plumas de fuente.

Mario nos lleva a enamorarnos junto con él de La Candelaria, un pueblo escondido dentro de las arterias de nuestra ciudad.

Para que disfrutes más el recorrido, te dejamos esta audioguía:

Porco Rosso

Viví un tiempo en Estados Unidos y en este lugar encontré costillas BBQ al modo de Kansas City, también tienen las Baby Back, las Saint Louis, el Brisket o las salchichas ahumadas, que son una verdadera delicia.

Cuentan con un espacio al aire libre y una barra bien dotada. Conviene ir con hambre, el precio es aceptable y en ocasiones tienen música en vivo.

Lavaderos comunitarios

Aquí las calles se convierten en senderos, escaleras o pasillos tan estrechos que forman un laberinto, pero una de estas desembocaduras resulta muy peculiar, ya que a un costado de la iglesia se encuentra uno de los lavaderos comunitarios del pueblo. En este punto de reunión, que ya no se ve mucho en la ciudad, persiste el sentido de comunidad, donde se mantiene activo el “chisme de lavadero”.

La quiñonera

Un espacio privado que resulta en una especie de centro cultural independiente dedicado a promover conferencias, talleres, exposiciones y otros servicios, pero una de sus atracciones principales, entre otros servicios que
ofrece, es su temazcal dispuesto en la parte trasera, caben 14 personas y si no tienes quien oficie la ceremonia ellos te lo consiguen.

Parque ecológico Huayamilpas

El gran pulmón del barrio cuenta con Casa de la Cultura, gimnasio, canchas, alberca y juegos para niños, tiene un lago natural con patitos y una flora variada que incluye un jardín botánico de cactáceas, además de un par de esculturas que adornan la vista. Hay más movimiento los fines de semana, cuando las familias tienen más tiempo para disfrutarlo.

Museo Anahuacalli

Una vez acá, vale mucho la pena aprovechar la vuelta e ir al museo que Diego Rivera mandó a hacer para conservar la amplia colección de más de 50 mil objetos prehispánicos que el pintor fue recogiendo a lo largo de su vida, piezas originales de roca, cerámica y otros materiales se resguardan en este recinto.

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