Chilango

Cinco realidades chilangas que primero parecían broma

Ernesto Sánchez

La Ciudad de México ha vivido diversos capítulos en su historia en donde cosas que al principio parecían simples bromas terminaron convirtiéndose en realidad, como un Periférico de dos pisos, una pista de hielo en el Zócalo o una playa en Insurgentes.

Demos un recorrido por cinco momentos en los que la Ciudad de México demostró que le gusta hablar en serio aunque se burlen de ella.

Segundo piso del Periférico

En diciembre de 2001, el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que durante su administración, la cual había iniciado un año antes, se construirían 32 kilómetros de vialidades sobre el Periférico y Viaducto, lo que de inmediato fueron bautizados por los capitalinos como “los segundos pisos”.

De inmediato, salieron diversos especialistas a decir que sería algo imposible porque no había espacio en la ciudad, que saldría muy caro, que aumentaría el ruido en la capital y que sería necesario realizar otras obras más porque, de lo contrario, la vialidad se colapsaría.

Muchos analistas aseguraban que se trataba de una de esas promesas que hacen los políticos que al final no se cumplen, pero el 14 de mayo de 2006 se inauguró el primer tramo de este proyecto que iba de San Jerónimo a Las Flores y se demostró que iba todo iba en serio.

Hoy, “el segundo piso” es una realidad y parte del paisaje cotidiano de la Ciudad de México.

Playas en el DF

Tradicionalmente, la playa más cercana a la Ciudad de México ha sido Acapulco, pero en 2007, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, anunció que instalaría cuatro playas en la capital para aquellos chilangos que no pudieran vacacionar durante la Semana Santa.

Así, el 2 abril de ese año se abrió la primera “playa artificial” en la Villa Olímpica, la cual tenía una superficie de 1,500 metros cuadrados adornados con 170 toneladas de arena, algunas palmeras, varios camastros… y albercas que hacían las veces de mar.

Aunque ya estaban a la vista, parecían una broma; sin embargo, durante cinco años, miles de capitalinos se reunieron en ellas para disfrutar del clima de la primavera, que es como el verano de la Ciudad de México.

Rascacielos

Los rascacielos en Reforma (Cuartoscuro)

A inicios de la década de los 50, inspirados con lo que sucedía en otras ciudades del mundo, como Nueva York, se planteó la construcción de un rascacielos en la Ciudad de México, el cual tendría ¡27 pisos!

Se pensaba que, en una ciudad con alta actividad sísmica, sería muy difícil construir una torre tan alta, especialmente con las características del suelo del Centro Histórico, el cual antiguamente había sido una laguna.

Así que se realizó un detallado y profundo estudio de mecánica de suelos y se desarrollaron nuevas técnicas, las cuales resultaron tan eficientes que el proyecto se modificó y, ahora, el primer rascacielos de la ciudad no tiene 27, sino 40 pisos. Así, el 30 de abril de 1956 se inauguró la Torre Latinoamericana.

Los terremotos del 28 de julio de 1957 y del 19 de septiembre de 1985 hicieron que permaneciera la idea de la inseguridad del suelo de la capital, y se inauguraron pocos rascacielos en esos años, como el edificio de Pemex en 1984; pero en 2003, con la inauguración de la Torre Mayor, empezó una nueva “oleada” de torres monumentales en la Ciudad de México, las cuales están cambiando para siempre el paisaje urbano.

Pista de hielo

pista hielo 2 (Cuartoscuro)

En septiembre de 2007, Marcelo Ebrard dijo que en diciembre se inauguraría una pista de hielo en el Zócalo para la época navideña, tal y como se usaba en otros lugares del mundo, como el Rockefeller Center de Nueva York.

Dijo que la pista sería de tres mil metros cuadrados y que se usaría la última tecnología para que el hielo no se derritiera con el invierno mexicano, que es mucho más cálido que el de otras ciudades donde se instalaban ese tipo de atracciones.

Hubo detractores que, de inmediato, dijeron que la ciudad no era apta para ese tipo de cosas y generó todo tipo de burlas (como las de los segundos pisos y las playas), pero el 1 de diciembre de 2007, se formaron largas filas de chilangos para ser los primeros en patinar en la pista de hielo del Zócalo que se inauguró ese día y que, desde entonces, se ha vuelto un básico chilango en Navidad.

Un desfile como el de James Bond

Desfile de Día de Muertos (Ernesto Sánchez)

El 29 de mayo de 2015, los alrededores del Zócalo se llenaron de gente disfrazada que participaba en un desfile de Día de Muertos. No, no se había adelantado la fecha, sino que era parte del rodaje de la película Spectre, de la saga de James Bond, la cual se llevaba a cabo en la Ciudad de México.

Así, las redes sociales y los periódicos se llenaron de fotos de ese llamativo desfile y no faltaron los extranjeros que preguntaron cuándo se llevaba a cabo, pero se sorprendían con la respuesta: “nunca, lo inventaron para la película”.

En octubre de ese año se estrenó Spectre, cuya primera secuencia es ese desfile en la Ciudad de México, por lo que a muchos chilangos les pareció buena idea que algún día se llevara a cabo en la vida real, entre ellos estaban algunas personas que trabajaban en empresas de espectáculos y el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.

Así que el 29 de octubre de 2016, el desfile pasó de la pantalla a la realidad cuando se celebró en Paseo de la Reforma el primer Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México, en el que justamente se aprovechó la utilería y el vestuario que sirvió para “Spectre”.

¿Recuerdas alguna otra cosa en la Ciudad de México que hoy sea realidad, pero al principio te haya parecido una broma?

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