Chilango

Acapulco

Sandra Lucario

La de Acapulco es la playa más cercana al DF que tenemos, y tal vez por eso la más estropeada. Si tú, como nosotros, eres de los que piensan –pensábamos, ahora– que el acapulcazo había pasado de moda, sobre todo por lo sucio de sus playas, aquí te decimos qué lugares inexplorados aún te pueden seducir: uno en Acapulco, otro en Pie de la Cuesta y uno más en Barra Vieja.

Acapulco

Para dar el acapulcazo. (Sandra Lucario)

Hay quienes –ignorantes– hacíamos cara de fuchi cada que nos ofrecían visitar Acapulco; lo imaginábamos llenísimo de gente y nos limitábamos a decir "No, gracias" con una sonrisa. Sí, la zona tradicional del puerto siempre está hasta el tope y  la playa tan sucia que ni ganas de meternos. Ah, pero no todo es mares de gente y de basura, hay un lugar en Caletilla, frente a la isla Roqueta, que nos hace añorar la época dorada de Aca: Boca Chica.

El hotel data de 1953, fue súper popular durante tres décadas, tanto que ahí se hospedaron Charles Chaplin y Elvis Presley. Recién iniciado el siglo XXI sus dueños quisieron que resurgiera como una de las perlas de la bahía y fue remodelado aunque conservó su estilo hippie-chic y su mobiliario original. 

Este hotel vintage tiene 36 habitaciones, todas con vista al mar, algunas a Caletilla, otras a Roqueta y las otras, las pet friendly, tienen acceso al jardín. Cuenta con un spa (especializado en exfoliación: el proceso incluye una cama que se calienta y tres tinas con agua a diferentes temperaturas), dos bares, un antro (el "Coco Wash"), un gimnasio, un muelle (en donde puedes "estacionar" tu yate, goeeei), actividades acuáticas y un restaurante –el primero del puerto en preparar sushi– abierto al público, especializado en comida japonesa.

Échale un ojito y dinos sino te quedaste con ganas de ver a Mauricio Garcés brindando en el bar. 

Pie de la cuesta

La pura tranquilidad (y comida rica). (Sandra Lucario)

Está perfectamente ubicado entre la sal del Pacífico y los manglares de la laguna de Coyuca. Se trata de un pequeño pueblito –localizado a 10 km de Acapulco–, en cuya avenida central se encuentran hoteles y restaurantes –riquísimos y baratos– con acceso a la playa. Uno de los más sobresalientes es Baxar, un hotel boutique cuyo principal objetivo es proteger y preservar el ecosistema de la región.

Este club de playa se caracteriza no sólo por educarnos en el cuidado del medio ambiente, otro de sus objetivos es difundir la cultura mexicana a través de las artesanías con que decoran sus cuartos: lámparas, floreros, centros de mesa, el shampoo de coco y la crema de pepino son creaciones de los artesanos locales. 

Cuenta con 21 habitaciones –sólo 3 tienen aire acondicionado– con camas king size y pequeñas salitas; en la zona de la piscina hay camas –en las que puedes romancear con tu peor es nada–, tiene un bar –bastante barato–, un club de playa –que en las vacaciones hasta DJ tiene–, las mesas del restaurante están sobre un muelle y preparan cocina costeña de la región. 

Este lugar es perfecto para cuando quieres escaparte de la locura citadina con tu galán/a, míralo acá.

Barra Vieja

Tan alejada del bullicio de Acapulco como Pie de la Cuesta –aunque un poquito más–, Barra Vieja es un lugar en el que hay mucho qué ver –unas maravillosas vistas panorámicas–  y más qué cuidar –la laguna Tres Palos y el Parque Nacional El Veladero–. En este lugar no sólo podrás disfrutar las puestas de sol sino que conocerás el sitio arqueológico Palma Sola, darás paseos en lancha, verás manglares y podrás acercarte a las diferentes especies de flora y fauna que habitan  en ese lugar. Para comer, te recomendamos lanzarte a la playa y entrarle a un pescado a la talla de 3 kg, pasear a caballo o caminar en la playa.