Chilango

Cuando los días no nos inspiran

Especial

Sal a fumar

Si no fumas, solo finge que vas a hacerlo, y salte un rato. Un poco de aire fresco no le cae mal a nadie. Además, seguro te encuentras a alguien con quien chismear un rato. El chiste es salir a despejarte.

Pon música

Es cierto que la música mejora el humor y aleja el estrés. Escucha tus canciones favoritas, mientras más movidas, mejor. Escoge todas las canciones que te hagan sentir bien y con energía, y guárdalas en tu celular o en tu iPod para tenerlas a la mano en cualquier momento de aburrimiento.

Decora tu lugar

Saca a tu decorador interno, y llena tu escritorio de fotos, dibujitos, y todas las cosas que te gusten visualmente. Si estás en un momento de ocio extremo, conviértete en escultor, acomodando y pegando útiles de escritorio (léase clips, hojas, etcétera), a ver qué estatuita te sale. No aseguramos que te quede algo bonito, es más, casi podemos asegurar que el resultado será horrible, pero seguramente te quitará el aburrimiento un rato. 

Juega

Si tienes Windows, seguro hay Buscaminas. Para los que usan Mac, hay ajedrez. Y si no, hasta el celular más chafa tiene un jueguito ocioso, de esos que te pueden hacer perder horas que podrías invertir en algo productivo. ¿Sigues sin encontrar un juego? Busca una hoja y juega gato o timbiriche. 

Contagia tu ocio

A nadie le gusta hacer el ridículo solo, así que incita a tus colegas al ocio. Hagan concursos de cosas tontas, como ver quien puede escribir más rápido. A fin de cuentas, el chiste es matar tiempo, ¿no?

Lee

No olvides recoger algún periódico gratuito en la mañana, o prepárate desde tu casa con un libro o una revista. Mientras más ligera sea tu lectura mejor, ya que el tiempo que tendrás para hacerla, probablemente sea corto. Quiérete un poco, y no lleves placeres demasiado culposos como libros de superación personal, o revistas de chismes telenoveleros. 

Googlea

A veces, buscar cosas en Google es un excelente hobby. Tus opciones van desde buscar cosas estúpidas o sin sentido como “hola, estoy aburrido” hasta googlear el nombre de la gente que conozcas, a ver qué sale. Si no te gusta hacer cosas tan tontas, busca la opción de “página aleatoria” para aprender un poco de algún tema al azar. 

Limpia tu escritorio

Aprovecha tu aburrimiento para deshacerte de todos los papeles que ya no sirvan, de establecer un lugar para cada cosa… en fin, de todas aquellas cosas que sabes que tienes que organizar, pero has estado guardando para ese momento especial en el que no tienes nada que hacer.

Revisa tu correo electrónico

¿Te acuerdas de esa tía que siempre está saturando tu correo electrónico con cadenas y correos que ella considera “chistositos”? Bien, llegó la hora de leerlos. De todas formas, no tienes nada que hacer, ¿recuerdas? En una de esas, encuentras algo interesante.

Busca destinos vacacionales

Sabes perfectamente bien que no vas a hacer ese viaje en ningún momento cercano, pero se vale soñar. Fantasea con un viajecito a la playa en un hotel 5 estrellas, y visualízate con tu pareja bebiendo piñas coladas… luego regresa a tu triste realidad de asalariado. 

Entra a concursos en las redes sociales

Si las computadoras de tu trabajo te lo permiten, entra a Facebook y a Twitter, y sigue a revistas, estaciones de radio, canales de tele, blogs, y demás lugares en los que regalen cosas. Con Wikipedia y la página de donde viene la trivia abiertas, seguro ganarás algo. 

Piensa en el significado de la vida

… o en la inmortalidad del cangrejo, o en por qué los papeleros venden papel… o qué se yo, cualquier incógnita que te haga debrayar por horas. Te sorprendería lo rápido que pasa el tiempo tratando de encontrar explicaciones a las incógnitas de la vida. Aprovecha para sacar a tu filósofo frustrado. 

Socializa con tus colegas

Pregúntales cómo les fue el fin de semana, qué les gusta hacer, o pónganse al tanto de los nuevos chismes laborales. ¿Qué llegó una persona extremadamente guapa al cubículo de junto? Ahora es el momento para comentarlo. 

Manda correos electrónicos

Algunos puntos atrás te pusimos a leer, ahora te toca escribir. Mándale mails ridículos y cursis a tu pareja, ponte en contacto con viejos amigos, o satura la bandeja de entrada de un desafortunado que se te ocurra en el momento. 

Renuncia a tu trabajo

Si nada de esto funciona, y tu aburrimiento se está volviendo algo cotidiano, lamentamos informarte que tienes un problema que sólo se soluciona de dos formas: aceptando tu posición de infeliz trabajador, o renunciando y uniéndote a la larga lista de ninis hasta que encuentres algo que no te haga recurrir a esta lista de opciones con frecuencia. 

Ojo: Por el bien de tu carrera, esto no se debe hacer por un periodo prolongado, ni todos los días. Recuerda que los momentos de flojera siempre deben ser breves, porque cuando se trata de trabajo, nadie es indispensable.