Chilango

Si buscas la bancarrota, sigue estos consejos

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Tan contreras somos que no dudaría que si nos dijeran “este año no vayas a ahorrar por ningún motivo”, segurito amasaríamos una fortuna.

Pretextos para irse a la quiebra hay muchos: que si los mayas (no se acabó el mundo), que la crisis en Europa, lo microscópico de los salarios mínimos o los cuatro jinetes del Apocalipsis. La necedad estriba en no aceptar que no podemos controlar las variables macroeconómicas, pero sí nuestra cartera. ¿Cuál sería el manual perfecto para la ruina financiera?

Si se trata de acabar con tu futuro financiero, redobla esfuerzos durante todo el año. Empieza por gastar como poseído, no te fijes en qué.

Si buscas la bancarrota en 2013 tienes que subirle la pendiente a la cuesta de enero: si ya gastaste de más en el “Buen fin” y en navidad, ¡corre a una casa de empeño, pide un préstamo a tasa altísima, y vete a las baratas a gusto, comprando cosas que no necesitas! La quingentésima blusa blanca tenía 20% de descuento, ¡ni modo de usar ese dinero para algo más prioritario! 

También deberías considerar seriamente comprar un coche de 6 cilindros, dejar la luz prendida todo el día y atascar el carrito del súper, ¿qué tanto es tantito entre gasolinazo, subidas de tarifas y alimentos, típicos del primer mes del año?

Si tienes deudas, no vayas a abrir los estados de cuenta ni a priorizar de la más cara a la más barata para ver con cuál aplicarte.

Haz el “de tin, marín”. Si no te sale, ¡ni te preocupes! Al menos dejarás de ser #foreveralone porque los cobradores te harán agradabilísimas llamadas de seis de la mañana a once de la noche (en la madrugada no, lo prohíbe el código de ética de la Condusef, aunque chance tengas “suerte” y te toquen algunos más “perseverantes”).

Pero a veces ni todas las metidas de pata de las fiestas decembrinas, el Lupe-Reyes y el Día de la Candelaria bastan para dejarnos como para la beneficencia. Si se trata de acabar con tu futuro financiero, redobla esfuerzos durante todo el año.

Empieza por gastar como poseído, no te fijes en qué. Si por error bajaste una de esas apps infernales para hacer presupuestos y anotar cada compra, bórrala. No sea que te des cuenta que te tardas lo mismo en anotar la propina del viene-viene, los tragos del jueves y el súper que enviando un tuit y te acostumbres.

Otra cosa importante es dejar el ahorro para el último; ahorra sólo si algo te sobra. Pero evitar ese “extremo”: gasta los pesos que queden el último día de la quincena pasando a la tiendita o invitando la ronda. ¡Mejor aún!: échate la nómina en los primeros cinco días. “Te lo mereces”, y siempre puedes seguir pidiendo prestado, aunque al que le debes hace seis meses ya no invite al dominó.

Si alguien te llega a platicar del “quítamelo que me lo gasto”, esa práctica de separar el dinero de tu ahorro en cuanto recibas tus ingresos, de preferencia en cuenta aparte, de las que dan rendimientos, dile que “de cuates” no esté saboteando tus propósitos de año nuevo. Tú quieres vivírtela suspirando –sexta chela en mano– por todas las vacaciones maravillosas que no puedes tomar porque nunca te alcanza. Además, ¿quién es ese individuo para impedírtelo?

Pero no nos vamos a quedar ahí. No señor. Toca comprar una pantalla, una bolsa, los tenis Air Yeezy 2 de Kanye West (de preferencia dos pares). Pero el chiste no es el gasto en sí, porque si ahorraras unos meses para comprártelos, no funcionaría: cómpralos con tarjeta y paga sólo el mínimo, ni un centavo más. Así lograrás echarte entre 11 y 13 años con esa deuda y pagar prácticamente el doble del precio de contado por los intereses, si las calculadoras de la Condusef no fallan.

Si tienes la opción de no pagar el total, pero por lo menos el doble del mínimo, resiste, busca una excusa y úsalo para lo que sea, menos la tarjeta. ¿Crees que los intereses se generan solos?

Por último, no se te olvide: “tu nombre es peligro”. Cancela tus seguros, al fin que eres de hule y tu coche también. Si tienes un fondo de emergencia que te haga el paro si se enferma Fido, se descompone la reja o te despiden, échatelo en “una noche loca”. ¡Qué chiste tener salida cuando puedes estar en tensión e insomne!

Sigue estas indicaciones al pie de la letra y aplica esta lógica para otros propósitos como ir al gimnasio o dejar de fumar. No sea que este año las uvas que siempre te atragantas sí se cumplan y acabes en la maestría que llevas años postergando, te cambies por fin de casa de tus suegros o papás o al fin compres el boleto a Tailandia.

*Le clausuraron su primer changarro en primaria. Le hicieron ojitos las finanzas personales por un mochilazo y por un blog que publicó en 2011: Pequeño Cerdo Capitalista.