Chilango

20 cosas de las que nos arrepentimos tras cortar

Especial

Esto de las cuestiones del amor parece la danza de pavorreal. Primero: contacto visual: él la ve, ella lo ve. Segundo: contacto físico: se acerca, platican, intercambian teléfonos y ahí comienza una historia de amor que mantiene a los dos idiotizados haciendo una serie de acciones que prometen el amor eterno. Algo como lo que describimos acá, por ejemplo.

Pero conforme pasa el tiempo se desenmascara el tigre, y es ahí cuando decimos: en la “eme”, ¿y ahora qué hago? La historia de amor acaba y terminas por descubrir que metiste la pata harrrto. Aquí va una lista de todas esas cosas cursis, melosas, sexosas y vergonzosas que quisiéramos borrar de la faz de la tierra, o cuando menos mantener en el olvido.

1. Las fotos que le enviaste cuando se fue de viaje. Sí, esas, las que mostraban el buen gusto que tienes a la hora de elegir tu lencería. Corre al Facebook a bloquear las futuras etiquetas.

2. Cenas en restaurantes carísimos. En sus marcas, listos: a pagar deudas.

3. A dormir solo. Acostúmbrate (igual significa que tendrás toda la cama para ti, jaja, ¡qué consuelo!, sí, como no). 

4. El negocio que emprendiste con tu (ahora ex) suegro…

5. El perro que compraron juntos. Comienza la disputa por la patria  potestad de Filemón.

6. Los amigos que comparten. Espera sentado a que todos tomen parte y se pongan del lado de alguno.

7. Toparte con sus amigas (si le pusiste el cuerno, aguas, quizá te echen ácido muriático).

8. Haberle contado tus secretos, íntimos o familiares. Repito: ve a Facebook a reconfigurar tu privacidad.

9.  El celular que compraron para hablar todo el día, todo el tiempo. Ah bendito destino, ahora pagarás por las llamadas que le hará a su nuevo amor.

10. Tu fidelidad. Para después descubrir que siempre te puso el cuerno. (Y todo para qué, toooodo para qué).

11. El viaje que habían comprado para irse dos semanas al Caribe. No, no le preguntes si se enojará si los ponen en cuartos separados.

12. La casa que habían planeado comprar. (Recuerda que grafitear improperios en propiedad privada es delito, ¡eh!).

13. La costumbre de llevarlo a todas las reuniones familiares. No faltarán las preguntas incómodas de tu tía: “¿Y a qué hora llega Gustavito?” Grrr.

14. ¡Su coche! Es hora de regresar a la austeridad y recordar las rutas del pesero. Se acabaron los viajes en el lugar del copiloto.

15. Tu fanatismo por la buena mesa. Dicen que la estabilidad emocional engorda, así que ahora deberás perder la línea curva que te salió. Más porque vuelves al mar con tremendo figurón. Regrésate al gym porque ahora se trata de buscar más peces, nuevos peces.

16. ¿Recuerdas que fuiste abandonando tu independencia poco a poco y te convertiste en la persona más codependiente del área metropolitana? Ok, pues llegó la hora de desempolvar tu vida. Sí, hay un mundo afuera, sal a buscar de nuevo a tus amigos que dejaste olvidados.

17. Olvidaste cómo ligar, tendrás que recuperar tu mojo.

18. Perder tus objetos más preciados. Regalarle la medallita de tu bisabuela que salvó durante la Revolución Mexicana no fue una buena idea. Tómala. Ahora recupérala antes de que la empeñe.

19. Tu cuarto es una extensión del suyo. Basta de voltear a todos lados y encontrarte con todas sus cosas. Llegó ese crítico momento en el que debes pasar a su casa a darle la grabadora que te prestó y tragarte su cara de pocos amigos.

20. Ya estuvo bueno de mandarle cartitas y mensajitos diciéndole lo deprimido que estás, ¿no?