Por la reivindicación del muertito viviente mexicano (tan oportunamente reportado por El Androide en la columna chilanga: Feliz Día Mundial del Zombie), revisemos las pelis clásicas de zombies que deberías ver antes de caminar torpemente por las calles buscando comer cerebros…braiiiins:

1. White Zombie (1932)

El protagonista es Bela Lugosi, que ya es un lujo. Aunque no es la primera en la que aparecen personajes bajo control mental -que es la acepción original de la palabra zombie, por los rituales vudú que se supone practicaban en Haití–, el consenso general considera White Zombie la primera película oficial de zombies, un género apenas en gestación en la década de los 30, en el que aún no se ven cerebros ni sangre. Aquí los zombies son víctimas de un doctor malvado, un tal ‘Murder’ Legendre (Lugosi) que trata de inducir un trance al amor de su vida
para que no se case con otro. Obvio, termina convirtiéndola en autómata esclava y todo se sale de control. El gran Rob Zombie tomó de esta peli de culto el nombre para su banda de rock noventera.

*Chiquidato para impresionar incautos en las fiestas: el cinéfilo Rob basó su canción "More human than human" en otra película: es el lema de la empresa que fabrica a los replicantes en Blade Runner. Quiobo.

2. The Evil Dead (1993)

El inicio de la saga de terror con tintes cómicos del director Sam Raimi (mucho antes de que lo institucionalizaran para dirigir la saga de Spiderman). The Evil Dead es una de sus películas más violentas y más logradas: aquí el fenómeno zombie tiene que ver más con posesión demoníaca que con virus purulentos, como se interpreta ahora, aunque sus secuelas Evil Dead II y Army of Darkness se acercan progresivamente a la lucha moderna y sanguinolienta contra
los ejércitos de muertos vivientes. The Evil Dead es el epítome de la peli divertida de bajo presupuesto, aunque muchas veces censurada por escenas misóginas donde el bosque entero viola a una mujer, una idea que el propio Raimi ha dicho lamentar. Sin tomarse tan literal ciertos elementos, la película es altamente disfrutable con un enorme bote de palomitas.

3. Night of the living dead (1968)

Una obra maestra, punto. Su director, George A. Romero es en gran medida el responsable del tipo de zombies que tenemos ahora: el zombie moderno, la metáfora del apocalíptico escenario hombre-come-hombre, se le debe a esa mano sensible e inteligente del canadiense americano George Romero. Para ver esta película hay que entender el contexto histórico: Estados Unidos en plena guerra de Vietnam. Hombres comiendo hombres. La cinta, todavía filmada en blanco y negro, es la primera de una serie de ocho películas de zombies que hizo Romero. En cada una de ellas el director ha declarado su intención: hacer crítica social a un momento determinado de la historia norteamericana.

4. Santo contra los Zombies (1961)

Benito Alazraki es el director de esta fábula de robachicos, muchachas buenísimas como Isela Vega en sus buenos tiempos y luchadores controlados por las voces en el radio. Como toda buena película del Santo, ésta también tiene su parte incomprensible y deliciosa: los zombies no tienen ni rastro de estar muertos, son unos tipos forzudos con una piel aceitunada envidiable; tienen un progenitor, es decir, el papá zombie, que es un señor gordo y viejo, y en lugar de querer cerebros o carne humana quieren un botín de joyas. ¡Maeeeestros!

5. Otto; or, Up with Dead People (2008)

Sólo para estómagos fuertes y mentes abiertas. El director Bruce La Bruce es uno de los especímenes más raros y de espíritu más punk del cine indie; sus películas son ignoradas con cierto temor por los organizadores de festivales, quienes presienten estar endiosando cine porno gay como cine de culto. En cualquier caso, Otto… (la única película que yo he podido ver de La Bruce) es una película de estupendo humor negro: más allá del susto inicial del hombre
teniendo sexo con agujero que le acaba de hacer en el estómago a otro hombre mientras se lo come, hay una vehemencia en el tema del amor homosexual que sin duda puede hacernos comprender desde lo estético y no desde lo racional, que al enamorarnos todos somos marginales. Buenísima peli, si tienes la paciencia.