Las hormonas pueden ocasionar estragos en los cerebros de adolescentes llevándoles a cometer diabluras para saciar el recién descubierto apetito sexual. La comedia para adolescentes de clasificación R del director Miguel Arteta Youth in Revolt protagonizada por Michael Cera (Juno, Superbad) y la novicia Portia Doubleday nos hará ver que tan volátil y hasta peligrosa puede ser esta combinación.

De hecho, la etiqueta para adolescentes pudiera cuestionarse debido a que en Youth in Revolt el desafortunado protagonista, Nick (Cera) y su pícara amante, Sheeni (Doubleday), demuestran demasiada viveza y manejan con soltura un vocabulario algo sofisticado para cursantes del segundo año de liceo. Pongamos al descubierto el debate alrededor de Juno: No parece que se conozcan adolescentes que hablen como ellos pero si los hubiese lo más probable es que no tengan el nivel de sofisticación ni de atractivo de Nick o de Sheeni.

Lo que sí pudiéramos considerar como más plausible es que Youth in Revolt sea la proyección de cómo se imagina alguien que fue su adolescencia si no se pasara el tiempo leyendo algún ejemplar de McSweeneys. Y a ese nivel — de una especie de Porkys para intelectuales — pues sí funciona.

A pesar de su vocabulario distinguido y sofisticado para un joven de 16 años Nick comparte una característica básica y crucial con todos los demás niños de su edad: quiere perder la virginidad, de preferencia lo antes posible. Pero las posibilidades son sumamente limitadas hasta que conoce a Sheeni, una chica atractiva de una mente tan ágil como la de él pero ella no es ni insegura ni inhibida sexualmente. Además Sheeni no parece tener ningún inconveniente en ser quien permite que Nick se convierta realmente en hombre, pese a los obstáculos surgen y que obligarán a Nick a tomar medidas drásticas para lograr esa unión tan deseada con ella. Incitado por Francois Dillinger (Cera también), su compañero imaginario y alter ego maquiavélico lleva a Nick del nivel de decir mentirillas y manipulaciones a cometer incendios y robos de autos con una rapidez inconcebible que pronto despertará el interés de las autoridades.

Habría que reconocer el parecido de este filme con The Fugitive durante la tercera parte final ya que los policías estarán siguiéndole de cerca la pista casi pisando sus talones sólo que aquí el efecto de las hormonas es mucho más fuerte. Así que Nick se lanza en una carrera contra el reloj para cerrar el caso de su virginidad antes de ser arrastrado a un centro correccional. Además, abundan los cambios de tono algo extraños en Youth in Revolt, que se atribuyen al hecho que Arteta no parece poderse decidir entre hacer una comedia sexual o relatar un cuento del pasaje a la hombría. Por suerte que podrá contar con el talento de Cera y Doubleday, quienes son los que en realidad cargan en sus hombros la película con sus diálogos divertidos y cautivantes -aunque de una madurez sospechosa.