Venimos saliendo del rush de Gravity. Que si Cuarón ganó el Oscar, que si es un directorazo, que si los mexicanos nos sentimos como mamá gallina y que no podemos esperar más por su próximo proyecto.

Bueno, el día de ayer Warner estrenó Believe, la primera serie de televisión creada por Alfonso Cuarón con la producción ejecutiva de J.J. Abrams y, aunque nadie le va a dar un Oscar por este primer intento en hacer televisión, tampoco vamos a decir que fue una decepción.

Cuarón nos presenta a Bo, una niña con poderes psíquicos que tiene que ser protegida de caer en las manos equivocadas a toda costa. Aquí entra Tate, un convicto sentenciado a morir que es sorpresivamente rescatado de su encierro con la condición de que se convierta en el guardián de Bo y de sus poderes. Al final del capítulo piloto se descubre por qué fue Tate el elegido y no cualquier otro, pero eso no lo revelaremos ahorita, basta con decir que sí hay una razón.

La premisa es excelente. Suena a la imaginación desbordada de J.J. Abrams, pero a la serie le falta un pequeño detalle para terminar de amarrar. Tomarse a sí misma en serio.

Tratando de meter momentos de comedia, el programa termina por parecer bobo e ingenuo, cuando deberíamos de sentirlo emocionante y misterioso. Que de pronto nos recuerde a Supernatural no habla bien de Believe; y no porque Supernatural tenga nada de malo, pero simplemente por que no es lo que esperábamos de un proyecto de Cuarón. No del hombre que ya nos regaló Children of Men y la mejor cinta en la franquicia de Harry Potter, The Prisoner of Azkaban. Queríamos oscuridad y obtuvimos ventanas abiertas.

La primera secuencia del piloto es la parte más Cuarón del episodio. Un plano secuencia de un accidente automovilístico que nos recuerda que estamos presenciando una serie del mismo director que apenas hace unas semanas se llevó un Oscar por una increíble primera escena en Gravity. ¿Por qué no vimos más de eso?

Johnny Sequoyah, como Bo, se apodera de sus escenas. A sus 11 años nos hace sentir qué es lo que hace tan especial a esta niña y forma excelente química con Jake McLaughlin (Tate), en una relación amo/odio que funciona como motor de la narrativa y que seguramente se llevará los mejores momentos de la serie en capítulos por venir. Pero alguien tiene que hacer algo con Sienna Gillory. La villana de la serie es sobreactuada como actriz de telenovela y todas sus escenas de pelea se sienten ensayadas y falsas como teatro guiñol.

Lo volvemos a decir, Cuarón no se estará ganando ningún premio por Believe. Al menos no por este primer capítulo, pero la serie tiene intriga, tiene magia y tiene dos grandes nombres detrás del guión y la producción. Es una lástima que no se hubiera tomado tan en serio como debía hacerlo, pero pasar el rato es tan buena (o mejor) que otros muchos proyectos sobrenaturales en televisión. Nosotros le vamos a dar un 8.