Chilango

Wall Street 2

Por Alejandro Alemán

El hombre que nos puso a leer El Arte de la Guerra de Sun Tzu, el ícono yuppie
por excelencia, aquel que nos enseñó que la avaricia es buena, regresa
en el mejor de los momentos, un año 2010 en el que – a pesar de lo que
diga cualquier presidente-  la incertidumbre sigue siendo la constante y
la salida a la crisis no sólo se ve lejana, sino que no se encuentra
por ningún lado.

Pónganse
de pie y reciban a Gordon Gekko, el mejor representante de aquello que
se llama "libre mercado", el depredador capitalista por excelencia,

capaz no sólo de vender a su propia madre sino de incluso "mandarla por
paquetería contra reembolso".

Gordon Gekko fue todo un role model
para una generación que soñaba con hacer su primer millón -a cualquier
costo-; una de las creaciones más depuradas de Michael Douglas; la que
le hizo merecedor a su único Oscar, el de mejor actor en 1987.

¿Qué
tiene que decir el gran Gekko ante la crisis mundial actual? La mala
noticia es que no mucho. Uno hubiera esperado que Wall Street: El
dinero nunca duerme
, fuera el comentario ácido y sin misericordia de un
Oliver Stone que nos tiene acostumbrado a la crítica más feroz hacia el
sistema y modo de vida norteamericanos.
Pero no, a cambio recibimos una
historia de amor, de conflictos familiares y un tanto de redención, nada
que ver con la cinta original de 1987.

Gordon
Gekko sale de la cárcel y el mundo ha cambiado, los celulares dejaron
de ser un lujo, los raperos andan en limosina, pero la avaricia sigue
vigente, "ahora incluso es legal". Nos enteramos que Gekko tiene una
hija (la siempre adorable Carey Mulligan) que es la cara opuesta a su
padre: medio de izquierda, apoya las causas verdes y se dedica a hacer
páginas web. A pesar del odio hacia su progenitor, la chica se involucra
sentimentalmente con un bróker (Shia LaBeouf) quien eventualmente  se
convertirá en el nuevo aprendiz de Gekko, a cambio de que aquel lo ayude
a restablecer la comunicación con su hija.

Las
actuaciones son lo mejor, Michael Douglas sigue siendo un gran Gordon
Gekko, a pesar de los años, y el reparto es inmejorable: Frank Langella,
Josh Brolin, Susan Sarandon, la propia Carey Mulligan e incluso el
usualmente enfadoso Shia LaBeouf
lo hacen bien. Atención además con los
cameos de magnates como Warren, figuras de los medios y del deporte, e
incluso personajes de la primera cinta.

A
pesar de algunos destellos, como el discurso de Gekko frente a
estudiantes universitarios, esta secuela resulta tibia en comparación
con la original. Stone desperdicia una oportunidad única para, a través
de Gekko, opinar y criticar a los responsables de la debacle económica
actual.

La
cinta -quién lo diría viniendo de Stone- opta por el discurso optimista
ante la crisis,  nos pide aceptarla como un fenómeno natural que sucede
cada cierto tiempo y que nos pone a prueba como humanos.

Gekko
sigue siendo ese tiburón que todos conocimos hace más de veinte años;
en cambio Stone -tristemente- cada vez va perdiendo más el filo de sus
otrora mortíferos dientes.