Esta película merece 5 estrellas.

Y no haremos una crítica, sino algo mejor: las 25 razones por las cuales esta cinta y sus secuelas están dentro del top de las mejores trilogías de la historia:

A 25 años de su estreno, 25 señales de nuestro amor por los McFly.

1. Por la escena inicial

Quizá no la recuerdes, así

que te la refrescamos: la película comienza con un recorrido por un montón de

relojes, todos a la misma hora. En el recorrido pasamos por varios aparatos que

hacen el desayuno automáticamente, pero, al parecer, todos llevan ahí mucho

tiempo sin que nadie les haga caso: una tostadora saca y mete panes que se ven

demasiado quemados, un abrelatas automático abre una comida para perro cuyo

contenido cae en un plato retacado, como si ningún perro se le hubiese acercado

en días. En el ínter, pasamos por una televisión que narra cómo unos

terroristas libios robaron un cargamento de plutonio. Finalmente, una puerta se

abre, vemos entrar unos tenis y una patineta. Esta secuencia inicial revela

todo el plot de la película: sabemos que tiene algo que ver con el tiempo, algo

que ver con unos libios, y que hay un chavo muy chavo implicado.

Absolutamente genial.

2. Por el Mr. Fusion

A ver: ni Julio Verne fue

capaz de pronosticar que en el futuro tendríamos problemas con los

desperdicios. Ni Orson Wells. Ni Isaac Asimov (bueno, él sí, más o menos). Sin

embargo, el Doc Brown nos enseñó a todos, ni bien llegados los noventa, que en

el futuro todos nos preocuparíamos por a) la carencia de combustibles derivados

del petróleo y b) la reutilización de desperdicios. Y nos presentó al Señor

Fusión, un aparatillo que no sustituía la gasolina, pero sí la utilización de

plutonio. Si el Doc Brown fuera verdaderamente reconocido, tendría el Nobel o

algo. Y además el nombre: Mr. Fusion… ¿no te dan ganas de abrazarlo después de

darle de comer basura?

3. Por el reloj

Piénsalo bien: el

verdadero protagonista de la película es el edificio del reloj. Absolutamente

todo lo que pasa en la trilogía pasa ahí: en 1888 (que es la tercera parte de

la trilogía) el reloj se está construyendo; en 1955 le cae un rayo; el 1985 no

le pasa nada (aunque en el 1985 alterno el reloj es el edificio de Biff); en

2015, es donde atrapan al nieto de Biff. O sea: el reloj de Volver al Futuro es

algo así como la estatua de la Libertad mezclada con el puente de Brooklin, la

Torre Eiffel, el Big Ben, las pirámides de Egipto, la Muralla China, el Taj

Mahal, el Cristo del Corcovado, la Torre de Pisa, el Coliseo y la Luna: el set

absolutamente perfecto. Es más: solito, el reloj de Hill Valley le partiría la

cara a todos los monumentos de la humanidad juntos.

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