Por Carlos Arias

Eva es una mujer que lleva 10 años divorciada, con una hija a punto de dejar el hogar para irse a la Universidad. En ese momento de cambio, Eva cree haber encontrado al fin una relación amorosa capaz de cambiar su vida con Albert, un hombre no muy atractivo a primera vista pero que acaba por seducirla.El único problema es que al mismo tiempo que conoce al hombre de sus sueños se hace amiga de la ex esposa de éste, lo cual le permite enterarse de los dos lados de la relación anterior de él.

La situación implica un dilema ético: ¿Debería decirle a su amiga que está saliendo con su odiado ex esposo?, ¿cómo decirle a él que conoce todos los secretos de su matrimonio anterior gracias a las confidencias de su amiga?

Este es el punto de partida y el “plot” argumental de Una segunda oportunidad (Enough Said, 2013), de la escritora y realizadora televisiva Nicole Holofcener. Se trata de una anécdota que podría ser la entrada para una comedia de enredos, con mentiras graciosas y situaciones equívocas. Sin embargo, el argumento es utilizado por Holofcener para montar una historia de amor en torno a los secretos, las pequeñas mentiras y los descubrimientos en una pareja.

Como Eva, la “chica” de la historia, aparece Julia Louis-Dreyfus, un rostro familiar como comediante y protagonista en Seinfeld, entre otras series de televisión, mientras que como el “muchacho” actúa James Gandolfini, el gordo protagonista de la serie Los Soprano.

Se trata de una de las últimas películas en la que actuó Gandolfini, quien murió sorpresivamente el pasado 19 de junio. Aunque Gandolfini alcanzó al gran público con la serie de televisión en la que interpreta al mafioso Tony Soprano, su carrera ya se había hecho notar desde los años 90.Esta vez Gandolfini cumple con presentar lo que sabía hacer muy bien: el personaje de un gordo sensible, divertido… y bastante neurótico.

Tanto Louis-Dreyfus como Gandolfini son rostros conocidos por series de televisión, por ello es fácil pensar en “Una segunda oportunidad” como una especie de “sitcom” realizada para la pantalla grande. El estilo es cien por ciento televisivo, con primeros planos que privilegian las actuaciones y narrada casi solamente a partir de diálogos ingeniosos. La diferencia es que en este caso la historia busca calar más hondo y presentarse como una reflexión en torno de las relaciones amorosas contemporáneas a partir de dos cincuentones que buscan “rehacer sus vidas”.

La película utiliza el esquema de la comedia romántica: Chico conoce a chica, se enamoran, pelean pero se encuentran al final para llegar a un desenlace. El problema es que no es totalmente una comedia y tampoco se decide por entrar de lleno en un drama, con un material argumental que de entrada se ofrece como cotidiano y sin complicaciones.

Como la ex esposa de Gandolfini aparece Catherine Keener, mientras que brilla la presencia de la australiana Toni Colette en un rol secundario, como la otra amiga de la protagonista.El cinefotógrafo es el mexicano Xavier Pérez Grobet, cuya carrera arrancó con hitazos nacionales como “La mujer de Benjamín” (1991) y “Sexo Pudor y Lágrimas” (1999) y ha realizado una excelente carrera en Estados Unidos.