Por Carlos Arias

Llega a la gran pantalla el detective privado Matt Scudder, quien aparece como protagonista a lo largo de una larga serie de novelas criminales del estadounidense Lawrence Block. El personaje salta al cine en una de sus historias más violentas (que no es la primera de la serie): Un paseo por las tumbas (A walk among the tombstones, EU, 2014), dirigida por Scott Frank. Se trata de un neo-noir que utiliza los recursos clásicos del género pero que les da la vuelta para actualizarlo, con asesinos seriales, computadoras y personajes de los bajos fondos del punk, la prostitución y las drogas.

Como es de rigor, el protagonista Matt Scudder (Liam Neeson) es un ex policía de Nueva York retirado y con un pasado oscuro, quien sigue su propio código de honor y actúa en el borde mismo de lo ilegal. Aunque consigue algunos trabajos esporádicos, pasa la mayor parte del tiempo desempleado, tiene serios problemas con el alcohol y se ha dedicado a actuar por su cuenta como investigador privado.

La película inicia justamente con un flashback situado en 1991 en torno a un hecho trágico que lo condujo a salir de la policía, y se sitúa en 1999, la época en que trascurre la historia, en un entorno marcado por la incertidumbre y el crimen.

Liam Neeson aparece en un papel que le hace justicia, y consigue hacer creíble a este personaje que no solamente está al límite mismo de la ley sino en el borde a convertirse en un vagabundo o en un alcohólico más en la Gran Manzana.

¿Qué pasa cuando los jefes narcos son extorsionados o son víctimas de otros criminales y no pueden acudir a la policía? Llaman a gente que se encuentra al margen del sistema, como Scudder, quien acepta de mala gana el encargo de Kristo (Dan Stevens), un traficante que lo contrata para investigar la muerte de su guapa esposa a manos de un grupo de extorsionadores. Scudder terminará tras la pista de un despiadada banda que ha escogido como blanco a los familiares de los matones más importantes de la ciudad y que se dedican a capturar, torturar, matar y cortar en trocitos las esposas o novias de traficantes.

Solamente Scudder tendrá la clave para resolver los crímenes y estará incluso en la posibilidad de adelantarse a quien será la próxima víctima, con lo cual terminará peligrosamente cerca de los mafiosos más pesados de la ciudad.

El director Scott Frank, quien cuenta con una importante carrera como guionista en el género de suspenso, asume el tono cínico y melancólico del género negro, aunque lo actualiza con detalles violentos y espeluznantes.

El personaje de Scudder es uno de los más exitosos entre los fanáticos del género negro estadounidense, aunque solamente había tenido una versión fílmica previa en 1986, con la película Morir mil veces, con Jeff Bridges en el papel del detective y bajo la dirección de Al Ashby. Con Liam Neeson parece que el personaje iniciará una nueva serie fílmica y que lo volveremos a ver nuevamente en otra historia.