Con The Walking Dead, es muy posible que losmuertos-vivientes recuperen el status antagónico que se merecen: el principiodel fin de la sociedad, los zombies son el virus que inicia con el Armageddonque nosotros provocamos. Los zombies no son una amenaza alienígena, sonproducto de un error humano.

Este sentido desolador lo interpreta con eficiencia Frank Darabont, productor,director, guionista de esta serie, basada en la novela gráfica homónima deRobert Kirkman. Y si algo sabe Darabont es adaptar obras literarias, encorrosivas y agonizantes obras visuales. Él es el director de cintas como Sueño de fuga, Milagros inesperados y Sobrenatural. Las tres, novelas deStephen King.

En The Walking Dead, Darabont utilizaelementos técnicos sobresalientes -música tétrica, maquillaje y diseño de arte-para narrar la historia de un alguacil Rick Grimes, quien al igual que alinicio de Exterminio de Danny Boyle,despierta en hospital y se da cuenta que el mundo ha cambiado: ahora estáhabitado por antropófagos sin alma, ni raciocinio.

Al llegar a su casa en buscade su familia es atacado por una pareja de padre e hijo -cualquier similitudentre los protagonistas de la novela Lacarretera, de Cormac McCarthy es mera coincidencia-. Después de darsecuenta que Rick es "humano", ambos le explican que deben permanecer ensilencio: el ruido atrae a los zombies. Este elemento recurrente en las obrasde Romero hasta en últimas producciones como Zombieland, recrean un ambiente asfixiante y temeroso.

Darabont utiliza un ritmo intencionado y sabe en qué momento infectarnos conuna dosis de suspenso, donde no existen diálogos, sino angustia y cataclismo;pero también nos recuerda que la historia trata sobre la relación de lossobrevivientes: el giro de la serie inicia cuando Rick decide emprender unviaje hacia Atlanta para reencontrarse con su familia. Lo que él no sabe, esque su esposa e hijo no están ahí, sino en un campo de refugiados acompañadosde su mejor amigo -quien dicho sea de paso, se ha convertido en amante de laSra. Grimes-.