Prepárese, Bourne está de regreso. En lo que bien podría ser el mejor tercer opus del verano, The Bourne Ultimatum es -de inicio a fin – una historia inteligente donde la trama se encadena a perfección con una enorme dosis de acción espeluznante tal como se ha hecho en los dos opus anteriores.
Historia
Siendo una película de acción de gente inteligente, Ultimatum demuestra una vez más que la franquicia maneja un profundo entendimiento de cómo son en la realidad los juegos entre espías. La película comienza en el momento que Jason Bourne (Matt Damon) está en Moscú donde ha asesinado el asesino de Bourne Supremacy en un accidente automovilístico. Se vengado por la muerte de su novia, pero sigue atormentado y necesita descubrir como fue que se metió en este lió para empezar. Además, tiene ahora tras su pista a un nuevo idiota de la CIA, Noah Vosen (David Strathairn). Vosen abre nuevamente el proyecto—el cual ha sido rebautizado con el nombre Blackbriar. Vosen ha adquirido un nuevo alijo de asesinos altamente entrenados para llevar a cabo su trabajo sucio. Para buena suerte de Bourne, el tiene dos mujeres que están de su parte: la lacaya de la CIA, Pam Landy (Joan Allen), que hace todo lo posible para desviar a Vosen en todo momento; y Nicky Parsons (Julia Stiles), la más joven del equipo logístico que ampara Bourne cada vez que se topan. Con la ayuda de estas dos damas nuestro intrépido asesino logra darle la vuelta al globo en su típico estilo Bourne en su búsqueda para desenterrar la verdad de su pasado y así poder tener un futuro.
Actuación
En este tercer opus Damon perfecciona de forma increíble su alter ego Bourne. Su conducta ecuánime hace que todo parezca tan sencillo sus viajes por todo el planeta, defendiéndose de los enemigos con bolígrafos, libros, toallas, carros o con el primer objeto que esté a la mano y recolectando secretamente la información que necesita. Damon es un actor consumado, capaz de interpretar una amplia gama de personajes – pero es posible que jamás llegue a sobrepasar a Bourne. Damon está también rodeado por un elenco de apoyo de altura. En Supremacy y Ultimatum, Allen Landy se destaca entre el tumulto de hombres ávidos de poder con quienes labora; ella introduce un elemento de inteligencia de acero al trabajo—y ultimadamente, compasión. Stiles ofrece al cinéfilo un respiro de aire fresco en un ambiente de otra manera dominado por la testosterona, y es posible que su Nicky tenga en realidad una mayor conexión con Bourne de lo que hubiésemos pensado antes. El estelar Strathairn, un actor especializado que está igualmente dotado para hacer papeles de personajes buenos como también de malos con cierta facilidad, añade el personaje del elusivo Vosen a su nueva lista de tipos malos, mientras que Albert Finney hace una breve pero memorable aparición que enlaza a Bourne con su pasado.
Dirección
Nuevamente tenemos a Paul Greengrass (United 93) en la silla del director. Luego de haber dirigido Supremacy, el segundo opus que puso a los corazones de todos los cinéfilos a latir fuertemente, esta clarísimo que Greengrass sabe lo que hace. Pese a que Bournes fue engendrado por la mente del autor de los thrillers de espionaje Robert Ludlum, el director tiene también una gran sensibilidad para el género del espionaje, ya que hace entrega de un trabajo que tiene todo lo necesario para convencernos de que así pudieran ser las operaciones encubiertas en el mundo real. En el centro de operaciones, donde el personal de la CIA puede inmiscuirse en la vida de la persona perseguida de diversas maneras y durante las acciones que tienen lugar en la calle Greengrass mantiene siempre un ritmo galopante. Las carreras de carro a todo dar, los combates mano a mano donde Bourne enfrenta algún asesino y lo termina liquidando con su invencible fuerza y la ayuda de algún articulo de la vida cotidiana son escenas que todos ya tomamos por sentadas. Y aún así, nunca resultan redundantes y fluyen deleitosamente dentro del guión. El estilo a veces desenfrenado del cineasta Greengrass sí puede desequilibrarnos un poco. El adora colocar a su público en todo el medio de la acción, volteando fuertemente la cámara con tomas que se cortan rápidamente, manteniendo las cosas levemente confusas para usted no esté seguro de quien hace qué a quien. Esa sensación de estar realmente viviendo y sintiendo el momento es lo que hace que las películas Bourne sean únicas y se distingan de las demás películas de acción. ¿Quedará alguna manera de hacer un cuarto opus de Bourne? Esperemos que sí.