Desde hace 25 años, la inminente guerra entre los seres humanos y las máquinas tomó un giro definitivo, una vuelta que definiría a la ciencia ficción: el nacimiento de un nuevo Mesías, John Connor, el líder que nos libraría del Apocalipsis y de sus Terminators. Desde que a mediados de los 80, el director James Cameron trazó el inició de esta saga basada en los textos de Isaac Asimov, el éxito fue instantáneo gracias al uso innovador de efectos especiales, guiones que alteraban la realidad gracias a los viajes a través del tiempo, frases memorables –¿te acuerdas del Hasta la vista, baby?—y el salto a la fama de un musculoso e impronunciable actor, Arnold Schwarzzenegger; pero sobretodo porque la esencia de Terminator no era la violencia, sino el compromiso y la responsabilidad del hombre con la tecnología.

Esta cuarta entrega de la serie está ambientada en 2018, la Tierra está en ruinas por un holocausto nuclear, y un puñado de sobrevivientes, comandados por Connor (Christian Bale, quien va en camino a convertirse en el “héroe de acción” del siglo XXI) tratan de lanzar un contraataque frente al ejército de robots; sin embargo un día aparece un misterioso hombre, Marcus Wright, quien ha perdido la memoria. John tendrá que decidir sí mantenerlo a su lado o eliminarlo (recuerda que durante toda su vida ha sido objeto de persecuciones o intentos de asesinato), aunque Wright posee un secreto que puede eliminar por completo a las máquinas del planeta, pero que también puede aniquilar a la humanidad.

Como plus: podrás ver el origen del T-800 (el cyborg que interpretaba el Governator) y la relación entre John y Kyle Reese… quien a la larga, iba a ser enviado al pasado para convertirse en su padre. ¿Habrá una quinta parte de esta serie? Aún no es confirmado, pero esperemos que los Terminators regresen, o como ellos dirían “I’ll be back”.

¿Qué onda… ya la quieres ir a ver o la calificas de churro?