Platicamos con Kate Winslet y Danny Boyle, también director de Trainspotting y Quiero ser millonario, sobre la película Steve Jobs.

¿Recuerdan su primera computadora?

Danny: Fue una Apple II. Es algo curioso, uno de los argumentos en esta película tienen que ver, precisamente, con una confrontación entre Jobs y Steve Wozniak sobre la relevancia de esta máquina.

Kate: No tengo computadora. Tengo una iPad, ¿cuenta como una?

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Steve Jobs, ¿genio o demonio?

Danny: Evitamos emitir un juicio. No hay una respuesta. Todo depende de a quién le preguntes. Sus logros lo acercan más a los de un talento invaluable, pero también era un hombre atribulado. Jobs es un personaje complicado, pero ahí radica el logro de Michael con su interpretación.

Kate: En esta cinta tenemos la oportunidad de ver los dos lados de la figura de Jobs. Creo que Danny fue muy inteligente al mostrar al personaje en tres momentos críticos que tienen que ver con la presentación de tres productos creados por él. En situaciones de presión y nervios, el ser humano saca lo mejor y lo peor de sí mismo.

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¿Michael Fassbender ganará un Óscar?

Danny: Tenemos suerte de haberlo conseguido. Viajé a Australia para platicar con él. No solamente hizo una lectura sensacional del guión, sino que entendió al personaje desde un principio. Se convirtió en él. Michael no tiene ningún parecido físico con Jobs, pero eso no fue un problema. No estábamos haciendo un biopic, sino nuestra propia interpretación.

Kate: Una de la razones por las que quise participar en esta película fue Michael. Lo admiro de siempre. Creo que compartimos la misma actitud con respecto a la actuación, que tiene que ver con los riesgos, si no tomas desafíos en esta carrera, no hay sentido alguno.

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