Por Alejandro Alemán

Titulada manera infame en México como

"Sonata para un hombre bueno" (a quién se le ocurren esos títulos

por dios), "John Rabe" es una biopic que narra un episodio poco

conocido sobre la Segunda Guerra Mundial.

El John Rabe del título es un

empresario

alemán, miembro del partido Nazi, que manejaba una planta de Siemens

en Nankin, China. En diciembre de 1937, la armada del imperio Japonés

llega a esta ciudad y en semanas masacra al menos 200,000 civiles,

además

de cometer violaciones en masa. A este episodio se le conoce como la

"Violación a Nanjing". El gobierno japonés aún niega, hoy en

día, la magnitud de estos hechos.

Rabe jugóun papel trascendental

en esta historia ya que gracias a él, salvaron la vida miles de chinos

a los que ayudó no sólo no huyendo del lugar, sino creando zonas de

seguridad para los civiles durante la masacre.

El papel de John Rabe sería ofrecido

originalmente a Ulrich Mühe, el protagonista de "La vida de los otros",

pero tras su fallecimiento, la tarea corrió a cargo de un muy eficaz

e intenso Ulrich Tukur quien por su trabajo en esta cinta se hizo

acreedor

al premio a mejor actor en los premios al cine en Alemania (el

equivalente

al Oscar de allá).

Es justamente su actuación, junto

con la intensidad de algunas de las secuencias de guerra (la famosa

escena de la bandera), lo que hacen a esta cinta digna de verse.

Desgraciadamente,

el tono del guión no le permite llegar más allá de una clásica biopic

donde el "héroe" se vuelve un ser unidimensional y por momentos

acartonado, donde la historia se vuelve predecible y que se queda en

el simple retrato de un "nazi bueno" en una película que, además,

no oculta su fascinación por "La lista de Shindler", aunque no

se le acerque en lo absoluto.

Vale la pena sólo para conocer la

historia, que fue cruel y real. Personalmente, también disfruté la

aparición de Steve Buscemi en el papel del doctor Robert Wilson. Hace

mucho no veíamos a Buscemi hacer papeles serios, y no es que su

actuación

aquí sea particularmente inspirada, simplemente nos cae muy bien.