Vaya, hasta que el 14 de febrero tiene algo interesante y que es la antítesis de la cursilería a la que estamos acostumbrados. La historia está hecha a los cánones ya usados y reusados en el género de slashers: se ubica en un pequeño poblado y el asesino (o quien se presume que lo es) busca una venganza… aunque se pensaba que ya estaba muerto. En fin.

Hace una década, una tragedia embargó al pueblo de Harmony para siempre: Tom un minero joven, comete un fatal error que desemboca un accidente en los túneles que mató a cinco hombres, y que mandó al único sobreviviente Harry Warden, en una coma permanente. En este tiempo, él sólo quería recuperarse para buscar venganza. Y lo hizo, justo un año después en el Día de San Valentín: mató con a 22 personas, y luego fue asesinado. Diez años después, Tom regresa a Harmony, aún acechado por las muertes que causó accidentalmente. Trata de ponerse al día con su ex novia quien ahora está casada con su mejor amigo Axel, el sheriff del pueblo.

Pero esa misma noche (14 de febrero) algo está pasando: hay un asesino en el pueblo, que usa una máscara de minero. ¿Será que Harry ha regresado? Oh, el terror.