Esta semana nos llega Retornados, una película sobre zombies pero en la que aparecen muy pocas veces los muertos vivientes. Platicamos con Manuel Carballo, el director de esta película española hablada en inglés.

¿Por qué decidiste hacer una película de zombies SIN zombies?

Era un proyecto que ya desde el inicio marcaba una línea bastante novedosa en su aproximación al género zombie. Eso era una de las cosas que lo hacía más seductor, el intentar hacer algo fuera de lo común, lo cual seguramente decepcionará a los fanáticos acérrimos del género, pero creo que gran parte agradecerá un poco de sangre nueva en este mundo de los muertos vivos.

Más que terror, se siente como un thriller dramatizado.

A medida que se exploran los límites de un género éste comienza a maridarse con otros. En nuestro caso nos apetecía hacer un thriller de intriga con pinceladas de horror y, por qué no, con un drama de corte más romántico. La peli encontrará su público y esa mezcla de géneros encontrará su lugar en los años que vienen, hemos sido un poco pioneros en ese terreno y estamos felices.

¿Estos retornados son la metáfora de algo más?

La gente tiende a reducir la metáfora de los retornados a una enfermedad, pero tiene que ver con el miedo a lo ajeno y a lo diferente, no sólo por cuestiones médicas sino por cuestiones sociales, de raza, de sexo.

Realmente la película funciona igual si en lugar de retornados dices seropositivos, disidentes políticos, comunistas o cualquier tipo de minoría que sea percibida como una amenaza para el resto de la población, la cual quiere mantener su normalidad a toda costa.

¿Crees que en la vida real pero en un contexto similar, las personas actuarían de manera diferente a tus personajes?

Me interesaba mostrar cómo en circunstancias extremas toda nuestra aparente capa de respetabilidad o civilización se puede venir abajo, ya sea cuando nuestra vida está en peligro o la de nuestros seres queridos.

En ese sentido la visión de la peli sobre la sociedad, y específicamente sobre el ser humano, no es pesimista sino realista. No intenté hacer juicios morales, era una visión objetiva y un tanto distante. Al final los protagonistas tienen un diálogo donde hablan de eso.

¿Cuáles fueron tus referencias para realizar este proyecto?

Tuve muy en cuenta la filmografía de David Cronenberg, revisé sus primeras películas porque el rodaje fue en Canadá y me pareció interesante ese tono frío y distante que él maneja. También Coma (1978), el thriller médico de Michael Crichton entre otros. Si te soy sincero no vi muchas películas de zombies, nuestra aproximación era tan diferente que no me parecía relevante.

¿Tu línea cinematográfica está entre lo misterioso y lo paranormal?

No me limito a considerarme un director de género, me siento cómodo en él pero en la acepción más amplia del término y espero no limitarme a hacer películas con elementos sobrenaturales, de terror o fantásticas. Me encantaría dirigir un western, un thriller policiaco realista

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Tu top 5 de películas de zombies.

Yo anduve con un zombie (I walked with a zombie de Jacques Tourneur, 1943), es un clásico que me parece genial y magistral en su aproximación poética a la figura del zombie. Hay que tener en cuenta que no es un zombie antropófago como el que se enseñoreó del género a partir de la película de George Romero (Night of the living dead, 1968), que es otra de mis favoritas.

Hay una película española de los años 70 que se rodó en Inglaterra titulada No profanar el sueño de los muertos (de Jorge Grau, 1974). Fue la primera película de zombies que vi cuando era niño y realmente el impactó fue demoledor, estuve varias semanas sin poder dormir de tirón y teniendo pesadillas con aquellos humanos que devoraban al prójimo.

También tendría que mencionar a dos de las últimas películas que sin duda considero que le han dado nueva vida al género: 28 días después de Danny Boyle (2002) y Rec de [Jaume] Balagueró (2007) me parecen un trallazo de terror impecable.