Por Carlos Arias

Estamos en la Costa Azul, Francia, en 1915. El viejo pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir (Michel Bouquet) está en la cúspide de su fama, pero también está enfermo y a punto de empezar a quedarse fuera de época.Inicia un nuevo siglo y el arte se remece con la irrupción de las vanguardias, que hacen aparecer a Renoir como un viejo anticuado, pero también se vive la aparición del cine, cuya estética le deberá mucho al viejo maestro.

Como encarnación de ese dilema, a la casa de campo de Renoir llega una joven modelo, Andrée (Christa Théret), quien se convierte en la nueva musa del artista gracias a su belleza, sensualidad y energía. Al mismo tiempo vuelve a casa el hijo del pintor, Jean Renoir (Vincent Rottiers), quien a los 21 años ha sufrido una herida como combatiente en la Primera Guerra Mundial. Jean es también representante de ese mundo en renovación y terminará convirtiéndose en uno de los cineastas más importantes de la historia del cine.

La película narra la historia real del vínculo entre padre e hijo, con el personaje de la modelo Andrée como el puente entre ambos. Ella se convierte en la amante de Jean, y no sólo será la musa inspiradora del padre en la pintura, sino también del hijo en el cine.

La película se desarrolla entre desnudos “soft” de la modelo y la recreación del estilo impresionista en la imagen, con una fotografía a cargo del chino Mark Ping Bing Lee. Desde el principio la película deja claro que el referente pictórico será uno de sus temas principales, con el Sol que se filtra entre el follaje, tonos cálidos, la campiña y la modelo pelirroja iluminada como en un cuadro de Renoir.

Sin embargo la película no se centra en la pintura, ni en el surgimiento de la cinematografía de la mano de Jean. El objetivo de la película es otro, confrontar las personalidades de padre e hijo en un estilo contemplativo, “impresionista”, una estética que pude llegar a parecer demasiado preciosista y reacia a enfrentar un drama duro. En cambio, la película ofrece una clave biográfica y pasional para mostrar el paso al Siglo XX, un “biopic” que muestra personajes entrañables y cargados de humanidad.