Chilango

Red social

Por Josue Corro

A todos nos rompieron el corazón en la
universidad. El 99% de nosotros hubiera optado por ir al bar más cercano y
ahogar los recuerdos. Pero Mark Zuckerberg es de ese 1% que decide realizar
algo realmente absurdo y, al mismo tiempo, detonante de una idea que cambió al
mundo cibernético. La noche en que su novia lo llamó «imbécil», regresó
a su dormitorio en Harvard y creó una página en que comparaba a dos estudiantes
femeninas y el usuario votaba por cuál era la más guapa. Suena anticuado. Es
cierto. Pero esto fue en 2003. Y esta web, Facemash.com, fue la antesala para el
fenómeno de Facebook.

La Red social no es una biografía sobre
Zuckerberg, ni tampoco un documental ficticio sobre el nacimiento de esta página;
es un estudio sobre la avaricia, la amistad y la fragilidad de las relaciones
humanas.
David Fincher ya había marcado al mundo con su Fight Club y su mensaje anti consumista; ahora vuelve al estrado de
la crítica de la cultura pop, desde un ángulo subversivo y paradójico: en una
sociedad solitaria,
la comunicación digital es la diosa que rige al mundo.

El guión es fragmentado entre flashbacks y
comparecencias legales donde conocemos la vida Zuckerberg (J. Eisenberg en el
papel de su carrera) y Eduardo Saverin (A. Garfield, el próximo Peter Parker),
su mejor amigo y accionista del proyecto. Vemos cómo se inician en el negocio,
luchan por expandirse, conocen al creado de Napster (J. Timberlake) y sucumben
ante sus egos. Todo esto intercalado entre demandas de millones de dólares y
plagios.

Fincher entrega una de las mejores cintas del año al mezclar el sopor
cursi de las high school movies, con una pizca de thriller antagónico. Además logra
que personas comunes y corrientes -no en I.Q. pero sí en aspiraciones y
vicios-, se vuelvan antihéroes que destilan una necesidad básica: ser
aceptados,
ya sea a través de cuentas bancarias con varios ceros, o simplemente
por el número de amigos, en su página de Facebook.