Por Hugo Roca

La imposibilidad de una invasión a Estados Unidos hace que la idea de esta cinta sea atractiva para la industria cinematográfica gringa. El tema vende por sí solo y ha inspirado decenas de películas llenas de personajes planos y clichés.En este contexto, Red Dawn (1984) destacó porque su creador, John Milius, logró extraer de una historia trillada (un grupo de adolescentes, autollamados Wolverines, que defiende con éxito a supaís de una invasión soviético-cubana) una auténtica sensación patriótica a través de diálogos inteligentes y reveladores.

Dan Bradley, conocido por su trabajo como coordinador de dobles (Día de la independencia y Spiderman), debuta como director en una nueva versión de Red Dawn, que mantiene la trama (aunque ahora los Wolverines combaten a tropas norcoreanas) pero carece del sentido dramático y de la acción vertiginosa de su antecesora.

En la Red Dawn de Bradley el enfrentamiento tarda demasiado en acontecer y la interacción entre los personajes muchas veces es irrelevante. La película se salva por su elenco, estelarizado por los jóvenes Chris Hemsworth (Thor) y Josh Hutcherson (Young Artist Award del 2008), quienes a pesar de la nula complejidad psicológica de sus personajes (Jed Eckert y Robert Kitner, líderes de los Wolverines) transmiten valentía, abnegación y adrenalina. Como dato curioso: Connor Kidman Cruise (1995), hijo adoptivo de Nicole y Tom, hace su debut cinematográfico como Daryl Jenkins.