Platicamos con Russell Crowe sobre Promesa de Vida,su ópera prima y nos dijo que él es el director que, como actor, le hubiera gustado tener.

¿Cómo decidiste que era tu momento de dirigir una película?

Era algo que tenía en mente desde hace 14 o 15 años, por una u otra razón no lo había hecho. Pero cuando terminé la lectura del guión de esta película quedé abrumado.

Cuando leo tengo el hábito de actuar las cosas y sentí que entendía esta historia de manera diferente, que leía entre líneas y me dije: “Ésta es la pieza que tengo que dirigir y de la que debo responsabilizarme”.

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Como actor, dinos qué tan buen director eres.

Le di a mi elenco todo lo que pude. Tuvimos un par de semanas de ensayo –cosa rara en estos días–, a mí como actor eso me gusta. Los preparé para que a la hora de llegar al set estuvieran física y mentalmente metidos en sus personajes.Es lo que esperas de tu director, comunicación específica y tiempo para prepararte.

¿Por qué elegiste el tema de la Primera Guerra Mundial?

La batalla de Galípoli es una parte importante de la historia de Australia y Nueva Zelanda, cada 25 de abril recordamos el sacrificio de los jóvenes que pelearon.

La historia muestra que en un conflicto existe compasión y heroísmo en ambos bandos, no sólo en el que te interesa resaltar como el bueno.

¿Cómo trabajaste la fotografía?

Siempre he creído que la cámara no debe descansar. Me gusta que se mueva, que las composiciones sean hermosas, estar preparado por si algo mágico sucede, poder capturarlo.

El presupuesto era muy pequeño, así que lo estiramos lo más que pudimos, varios del equipo de foto en realidad eran camarógrafos.

Has visitado el DF, ¿te gustó?

Fui hace mucho tiempo y viajé a otras partes del país, como Oaxaca. Sin embargo, creo que la Ciudad de México es muy emocionante y algo loca, quiero volver lo antes posible.