Platicamos con Ian McKellen (Gandalf), Orlando Bloom (Legolas), Martin Freeman (Bilbo) y Richard Armitage (Thorin),los actores estelares deEl hobbit: la batalla de los cinco ejércitos. No hubo dragones ni trolls ni orcos, sólo un glamoroso hotel en Londres con una charla de medio día, té incluido.

Ian, ¿qué fue lo más desafiante de interpretar al mago Gandalf?, ¿lo vas a extrañar?

Cabalgar. Soy muy precavido con los caballos, me aterran. Tengo un amigo que falleció al caer de uno. Para esta historia, hubo siete acróbatas que me doblaron en escenas de acción. Algo bueno que me dejó Gandalf fue aprender a utilizar una espada. Tuve muchas lecciones de esgrima.

Sobre si lo voy a extrañar, puedo decirte que hace un par de días grabé las últimas líneas de voz de Gandalf. Salí del estudio con una sensación especial, sabía que era la última vez que haría este personaje. Bueno, así pensé hace unos 10 años conEl señor de lo anillos, y aquí estoy de nuevo, despidiéndome otra vez.

Martin, ¿Sientes nostalgia por despedirte de Bilbo?

En realidad, no, a mí me gusta que las cosas concluyan. La vida misma tiene su final. Realmente nunca me genera una tristeza. Me siento entusiasmado al pensar que la gente se sentirá feliz con el trabajo que hicimos. Ahora sólo espero que a Peter no se le ocurra hacer Silmarillion.

Orlando, has trabajado con Peter Jackson desdeEl señor de los anillosy ahora concluyes conEl hobbit, ¿Cómo describes su evolución como director?

Creo que no ha habido grandes cambios en Peter, sigue siendo ese enamorado de mundos imaginarios. Puede ser introvertido, incluso tricky, no puedes saber qué está pensando. Pero es notable que ha crecido en términos técnicos y en su narrativa: El hobbit significó un ejercicio tecnológico, más que histriónico. Esta trilogía depende mucho de efectos especiales y animación, y ésa era la intención, no quería mantener la misma línea que El señor de los anillos para no repetirse.

Richard, tu personaje es temerario y frágil a la vez, ¿Prefieres interpretar personajes heroicos o perturbados?

Ésa es la maravilla de trabajar con Peter, me ayudó a buscar un estado mental oscuro para Thorin, que camina en una línea muy delgada entre lo psicótico y el sufrimiento. Para entender la enfermedad mental de Thorin, me basé en la literatura de Tolkien. Me sentí muy bien al interpretar este carácter trastornado. La parte psicótica exige más que la de acción.

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