Muerte en la Montaña
Mientras los grandes estudiosproyectan su carencia de contenidos de terror a través de remakesinsulsos(Pesadilla en Elm Street) o franquicias agotadas (DestinoFinal). El cine independiente gringo ha presentado en festivalespropuestas interesantes. El año pasado en Sundance el director AdamGreen lanzó Frozen. Logró llamar la atención de losdistribuidoresy de la prensa especializada en terror. Eso sí, aquellos que esténbuscando la Palma de Oro ésta no es su peli. Pero los fans del miedodisfrutarán noventa minutos de sufrimiento.
El género tiene una granvirtud:si logra que el espectador se imagine en la situación que padecen lospersonajes ya tienen ganada parte de la carrera. Por otra parte, másque tener coherencia o una gran historia debe ser similar a laspesadillas:donde el miedo esté por encima de la búsqueda de un sentido.
Todo inicia cuando tresadolescentesquedan atorados en las sillas eléctricas que van a la parte alta dela montaña de un parque para esquiar. Es domingo y el lugar no abrirápor unos días y nadie, obvio, saben están ahí. A lo largo de estetiempo el frío, la naturaleza, el desgaste psicológico y una manadade lobos serán sus únicos acompañantes.
¿Cómo lograr mantener alespectador al filo cuando la mayor parte de la historia se desarrollaen un sólo espacio? (Tomemos en cuenta Deep Water y Cujo)Adam Green sabe que más allá de los efectos especiales y los clichésdel género, el terror se sustenta en las actuaciones y especialmenteen el sonido. Mediante emplazamientos de cámara fijos que, a diferenciade La Bruja de Blair, lo que vemos es lo que nos revuelve elestómago. Además, sumado a un soundtrack al más puro estiloHitchcock, Frozen nos transmite la sensación de claustrofobiaen un espacio abierto (aunque usted no lo crea).
Dice Dario Argento, granmaestrodel terror, que él no incluye escenas de balazos en sus películas,¿la razón? Como casi ningún espectador ha recibido un disparo esuna sensación con la que el público no se identifica plenamente; Frozen cumple esta regla y gran parte de su efectividad radica enuno de los miedos más básicos: morir congelado. Minuto a minuto losprotagonistas van experimentando sensaciones terribles, el dolor vaempujando a los personajes hacia situaciones límites, habrán momentosque seguramente no podrás mirar la pantalla. Quizá el encuadre quenunca olvidarás y que demuestra el sadismo del director es la tomade punto de vista en el momento en el que uno de los personajes brincadel carro (chequen el trailer).
¿Por qué nos gusta ver películas donde le suceden cosas terriblesa la gente? Quizá es porque cuando salimos de la sala cualquiera denuestros problemas nos parecen poca cosa. En el momento en que salgasde Frozen agradecerás el calor y el gentío de la ciudad.