Chilango

Pase libre

Por Josue Corro

Queridos
hermanos Farrelly, agradezco a nombre de todos su fans que hayan intentado
adoptar el método de Judd Apatow (comedias de hombres inmaduros, para público ídem,
pero bajo circunstancias y situaciones cotidianas) en su nueva cinta, Pase
libre.
Se agradece el intento de ser más serios, más cercanos a la realidad… pero ese no es su estilo.

Y nos
quedaron a deber.

Claro, se
nota una evolución en su guión, el cual ya no le habla a adolescentes o
veinteañeros
-como sus clásicas Una pareja de idiotas, Loco por Mary o Irene,
yo y mi otro yo
-, pues ahora se enfoca en un par de hombres casados (Owen
Wilson y Jason Sudeikis), quienes tienen una semana libre de sus esposas, y
planean vivir siete días de soltería, alcohol y desenfreno.

Me quito el
sombrero ante la frialdad con la que manejan esta premisa: se burlan de esta
obsesión masculina por añorar una juventud mental, por creer que los tiempos
pasados siempre fueron mejores. Los personajes de Wilson y Sudeikis, Rick y Fred
son ridículos no en personalidad, pero sí en aspiraciones y conductas sociales;
una ridiculez pre meditada y con buena intención
: sus intentos de conquistas,
sus anhelos de libertad y hasta la forma en que la marihuana afecta sus cuerpos,
sirven para aterrizar esta comedia en terrenos más amigables, más "reales". Otro
punto a favor del film es cómo ustedes exploran su lado femenino. Las esposas
de los protagonistas Jenna Fischer y Christina Applegate -quienes también
experimentan su propio "pase libre"-, proporcionan un balance entre la comedia
escatológica y sexual.

Sin embargo,
queridos Farrelly, lo repito ese no es su estilo. Sus cintas no tienen
moraleja: son absurdas, humor de excusado, "over the top". Y si bien, hay
algunas escenas que nos recuerdan sus trabajos de finales de los 90, estas se
notan forzadas y sin ritmo.
Y lo que es peor: los primeros dos tercios del
film, muy bien construidos y con gags rescatables, se olvidan ante un final
predecible y al mismo tiempo olvidable.

Afortunadamente
para ustedes, queridos Farrelly, Pase libre, gracias a la química entre Wilson
y Sudeikis cumple su objetivo: divertir a un público que ha crecido con sus películas…y
que sabe qué tipo de chistes va a encontrar.