–PorOswaldoBetancourt L.@rockswaldo

La ocurrencia de incluir muertos vivientes en la novela clásica de Jane Austen fue idea de Seth Grahame-Smith cuyo libro tuvo cierta aceptación. La culpa de haber llevado el texto a la pantalla grande es de Burr Steers, guionista y director de la adaptación.

Al ser una parodia, la película debería provocar risas, pero son contados los momentos en que lo logra.Pero ése no es el único problema: los diálogos se sienten forzados, el tono solemne abunda y cuando empieza a ponerse interesante no se llega a un clímax. Todo esto hace que sus 108 minutos de duración sean una eternidad.

Lily James es la más convincente en su papel de Elizabeth Bennet, mas no así su relación con Mr. Darcy (Sam Riley). El colmo es actores de la talla de Lena Headey y Charles Dance (Cersei y Tywin Lannister en Game of Thrones, respectivamente) están completamente desperdiciados.

Vale la pena reconocer las peleas, están bien coreografiadas, aunque no abundan; lo mismo pasa con el trabajo de maquillaje y caracterización de los muertos vivientes, es impresionante, lástima que ni siquiera ellos fueron suficientemente aprovechados.