Chilango

Nunca me abandones

La
fórmula del éxito a priori en el cine es sencillo: debes buscar un
guión interesante (qué tal una novela de Kazuo Ishiguro), un buen
director (qué tal el gurú de los videos musicales, Mark Romanek) y
actores taquilleros (qué tal las tres estrellas británicas más
talentosas del momento). El resultado puede variar, pero por lo general
siempre es el mismo: una cinta que sobrepase la mediocridad y salgas de
la sala con una punzada en el estómago.

Esto pasa con Never Let Me Go:
todos sus elementos encajan simétricamente. Romanek realiza una buena
adaptación de una historia de ciencia ficción, madurez y amor.
A pesar
de ser su segunda cinta, maneja un ritmo narrativo eficaz que
inmediatamente nos traslada -apoyado por dulce y sensible voz en off de
Carey Mulligan- a un orfanato de inglés donde la tecnología médica ha
avanzado a pasos sobrenaturales. Por medio de flashbacks conocemos a
Ruth, Kathy, Tommy, y el trabajo que deben cumplir en un mundo
predeterminado. La estética de Romanek y el giro que le da a la
historia cuando los tres personajes se convierten en adultos, son un
mezcla interesante: una cinta coming-of-age donde luchas por el control
de tu destino, los celos o el amor de tu vida, matizado bajo cánones de
la ciencia ficción