Por Luis Roiz

Después de El cisne negro, Darren Aronofsky nos trae el apocalipsis bíblico con Noé, película con grandes efectos visuales realizados por el estudio Industrial Light and Magic, ganadores de 15 Oscares. Es la historia que ya conocemos, pero con la particular visión de Aronofsky, quien comentó en reciente visita a nuestra ciudad, que la figura de Noé era muy importante para él cuando era niño, incluso realizar una película sobre él era un proyectos con el que siempre quiso trabajar.

Noé cuenta la historia del origen del mundo, según el punto de vista judeo cristiano, en la cual Dios crea el mundo en 7 días, crea los cielos, la tierra, el mar y a todos los seres vivos sobre la Tierra. Es entonces que crea al hombre y a la mujer, como su imagen, teniendo como descendencia a sus tres hijos: Caín, Abel y Set. Caín mata a Abel y es cuando empiezan los problemas: los hijos de Set se enfrentarán a los hijos de Caín hasta el fin de los tiempos. Debido a este conflicto y todas sus consecuencias, Dios decide comunicarle a Noé el plan de destrucción del mundo a través de sueños, en donde un gran diluvio limpiará a toda la Tierra y solo los descendientes de Noé se salvarán.

El personaje bíblico de Noé tiene su propia versión con Aronofsky, un hombre de fe que es cuestionado por sus acciones, mientras simultáneamente es cuestionado también por su familia. La voluntad de Dios contra la voluntad de los hombres que quieren la salvación del desastre inminente. Aronofsky realiza algunas licencias con la historia narrada en la Biblia, pero por supuesto es una versión cinematográfica, más acorde con las nuevas tendencias del cine de efectos visuales. Noé, además de los efectos, tiene secuencias fotográficas animadas muy bien logradas. Más acorde con El señor de los anillos que con Los diez mandamientos, Noé es una película de acción en donde la historia solo se cae por la duración (dura 138 minutos). Las actuaciones de los veteranos Crowe y Connelly contrastan con las de los jóvenes Watson, Lerman y Booth, quienes hacen un buen balance entre experiencia y juventud.

La historia catástrofica del diluvio es un reflejo de nuestros problemas, tanto con los cambios climáticos, como los conflictos eternos entre los humanos. Noé es una película entretenida, y que vale la pena ver este fin de semana, si no quieren ver muñecos de peluche, náufragos o a Mariana Seoane.