Chilango

Ni en tus Sueños

Por: Alejandro Alemán

 

Cientos de veces hemos
visto en el cine la historia del chico que sin ser guapo, atlético
o popular, lucha por la chica de sus sueños (usualmente la más guapa
de la escuela) usando su personalidad, su humor y sobre todo, su buen
corazón. Al final, obvio, el amor triunfa y el chico se queda con la
chica. Todos felices, fin de la historia, vienen los créditos. 

Si hay algo interesante
en She’s out of my league
(Ni en tus sueños) es que la cinta plantea justamente el "¿y qué
pasaría después?". ¿Qué pasa cuando el chico finalmente se ha
quedado con la chica?
, ¿cómo sería su relación? Siendo ambos tan
diferentes, ¿cómo es posible que esa relación funcionara? 

Claro, esto no deja
de ser una comedia romántica, no esperen entonces una respuesta
filosófica
a esas preguntas; pero al menos estamos ante un planteamiento
interesante
que busca salirse un poco de lo convencional. 

Kirk (Jay Narychel)
es un guardia de seguridad en el aeropuerto, ahí conoce a Molly (Alice
Eve), una rubia perfecta. A Kirk le encanta Molly, pero él sabe que
ese tipo de mujeres no estarán nunca en su radar. El se considera un
cinco y ella para él es un diez perfecto; o en otras palabras, Kirk
sabe que ese tipo de chica ni en sueños saldría con él. 

De alguna forma (que
no revelaré) Molly comienza a darle una oportunidad a Kirk. Así, en
menos de veinte minutos de haber iniciado la película, sucede lo
imposible,
Molly y Kirk son novios. Pero ahora vendrá lo difícil, ambos son de
estratos económicos diferentes, ella estudió la universidad, gana
lo que quiere en su trabajo, ha viajado por todo el mundo y tiene cuerpo
de modelo. Kirk por su parte nunca fue a la universidad, tiene un
trabajo
que apenas le da para vivir, jamás ha salido del país y bueno… no
es precisamente un supermodelo. 

Las diferencias entre
ambos son las que darán pie a diferentes situaciones cómicas. La cinta
comienza lento aunque mejora en el transcurso de la historia. Y es que
la química entre Molly y Kirk son la que hacen que esta cinta se deje
ver.
Jay Baruchel tiene una habilidad impresionante para interpretar
a ese looser con baja autoestima, algo torpe, pero de buen
corazón.
Su actuación conserva el mismo tono durante toda la cinta y es él
quien la mantiene a flote. 

Lo peor, en definitiva,
es cuando el guión quiere tomar mano del humor escatológico clásico
de adolescente gringo (al estilo "la bola en la ingle") sin éxito
alguno. Esas escenas (las reconocerán) son lo peor de la cinta.  

Esto no es la comedia
del año ni mucho menos,
pero al final Baruchel -y en menor grado Alice-
lo hacen tan bien que uno termina disfrutando la película y deseando
que todo les funcione; es por eso que el totalmente predecible final
no resulta fastidioso sino incluso deseable. Al fin y al cabo, estas
cosas sólo pasan en el cine.