los protagonistas sonAyiba(Koudous Seihon), que parte con el amigo Abas (Alassane Sy) de la capital Ouagadougu, atravesando el desierto, bajo temperaturas aterradoras y los ataques de saqueadores armados, hasta llegar a Libia y subirse en una lancha neumática destartalada rumbo a Sicilia.

Con ojo obstinado y poco indulgente, empleando imágenes esenciales y rigurosas, el joven director da cuenta con fidelidad de la reducción hasta la esclavitud de los protagonistas provenientes del “país de hombres libres”, obligados en Calabria a recoger naranjas a ritmos inhumanos por unos míseros euros. La tensión sube y, como ha relatado la crónica televisiva de nuestros días, la criminalidad del lugar pronto desencadenará la “caza al inmigrante”.

Ayiva y Abas son los dos aspectos de una misma persona, las dos caras de la misma moneda, como destaca el propio director. Representan dos modos complementarios de afrontar la vida en un país extranjero y demuestran que, detrás de las “cuotas de distribución” hay hombres y mujeres de carne y hueso con sentimientos y emociones.