Por Carlos Arias

Ésta es una de esas películas pequeñas, sin estrellas ni famosos, pero que valen cada uno de sus fotogramas por su tema y su estilo. Maten al mensajero (Kill the messenger, 2014) es un thriller de paranoia conspirativa dirigido por Michael Cuesta, un realizador desconocido que hasta ahora había estado sobre todo al frente de series de TV. La película utiliza recursos muy cercanos a la incesante acción televisiva para contar la historia real de Gary Webb, un periodista investigador que trabajaba para un ignoto periódico local llamado San Jose Mercury News, de California.

Gary Webb (interpretado por Jeremy Renner) escribió en agosto de 1996 un reportaje en el que afirmó la existencia de una alianza entre el gobierno de Estados Unidos y los traficantes de drogas. El caso provocó un gran revuelo, pero fue minimizado por los grandes medios. Humillados por un reportero desconocido, periódicos como el Washington Post, New York Times y Los Angeles Times optaron por negar veracidad a los hechos.

Webb se convirtió en el objetivo de diversas operaciones de desgaste psicológico y de desprestigio, mientras que una legión de matones, tal vez narcos, agentes federales o ambas cosas, solo buscaban darle fin a la historia con un buen suicidio.

La acusación de Web apuntaba a la CIA como responsable de permitir la venta de cocaína y crack en los barrios negros, como fuente de financiamiento de la guerrilla de los Contras en Nicaragua. Webb apuntaba directamente al gobierno por la llamada “epidemia de crack” que asoló a algunas ciudades de EU en la década de los 80. Varios de los hechos denunciados por Webb se revelarían como reales varios años después, pero en ese momento parecían una locura.

La película de Cuesta reconstruye minuciosamente el recorrido personal de Webb, aunque se niega de entrada a construir el mito del periodista heroico. La búsqueda de la verdad no es siempre apoyada por los editores o directores de periódicos, más atentos a su propio negocio que a la defensa de la verdad, y el periodista no es infalible, está con dudas, temeroso y necesitado de ganarse el pan.

Se trata de un tributo a la investigación de Webb, que demuestra que las cosas son muy diferentes si el reportero investigador trabaja por fuera del sistema. Incluso aparece una escena similar a las confesiones de un agente del gobierno en los jardines de Washington, a la manera de Todos los hombres del presidente (Pakula, 1976 ), aunque sin el premio Pulitzer ni la fama esperando al final del camino.

Maten al mensajero no es solamente una rotunda denuncia política, sino sobre todo un excelente thriller negro. No falta ninguno de los ingredientes obligados del género. La bella seductora y maldita, el héroe bienintencionado pero con un pasado oscuro, los gángsters y los agentes corruptos, junto a las vueltas de tuerca argumentales que cambian toda la trama justo a la mitad de la película.

El protagonista Jeremy Renner es conocido por su papel como Hawkeye, el arquero de The Avengers (2012), entre otras. También hay algunas intervenciones breves de actores famosos. Tal es el caso de Andy García, casi en un cameo, quien aparece como Norwin Meneses, uno de los jefes de la Contra que forman parte del negocio. Otro es Ray Liotta como John Cullen, un piloto de la CIA que admite trabajar a la vez en el tráfico de drogas y de armas entre EU y Nicaragua.