Chilango

Malas enseñanzas

Por Josue Corro

Nunca hay que subestimar a Hollywood

Cuando crees que puede sorprenderte con un buen blockbuster… no cantes
victoria antes de tiempo, ni te dejes engañar tan fácilmente: siempre
encontrará la forma de arruinar alguna película. Es una tristeza, o mejor dicho
una decepción ver cómo una cinta que en teoría pintaba para ser una comedia
medianamente aceptable, es en palabras del título una mala enseñanza del
género: personajes unidimensionales, una trama perezosa y bromas tan, pero tan
predecibles que parecen escritas por Eugenio Derbez. (Y para que quede claro el
punto, esta observación nunca será un halago).


Aunque los primeros quince minutos son vulgarmente entretenidos, logran
engancharnos con la carismática Elizabeth (Cameron Diaz, cuyo rostro cada vez
es más parecido al de Mickey Rourke y/o Meg Ryan), una maestra superficial que
odia tanto a su trabajo, como a su nuevo estilo de vida: después de que su
millonario prometido cancela la boda, Elizabeth está en la ruina. Sin embargo ha ideado un plan para conseguir un marido que la mantenga: operarse los senos. Hasta aquí, todo gira perfectamente: un personaje con una motivación bizarra en
una situación incómoda. Díaz aún logra robarnos algunas sonrisas por esta
capacidad que tiene para liberarse del look de princesa plástica y ser una
actriz que no le teme al ridículo.
A lo largo de su carrera, esa ha sido una de
sus principales fortalezas, y en Bad Teachers nos recuerda a sus mejores
trabajos de antaño (Loco por Mary). Sobre todo cuando el carácter antipático de
Eilzabeth se torna hostil frente a sus alumnos, o cuando sus clases se basan en
películas sobre maestros desde Escuela de rebeldes hasta Mentes Peligrosas.


Entonces, entra Justin Timberlake a escena y arruina la
película. 

Y lo que es peor: ni siquiera es su culpa.

Pobre Justin, parece que su
actuación en Red social fue simplemente un golpe de suerte, porque en este
papel de un maestro suplente (por cierto, heredero de una fortuna… ergo,
objetivo amoroso de Díaz) es tan plano e irrelevante. Su incursión en el film
no tiene ningún propósito, excepto aparecer en el cartel y generar taquilla. Nunca
se dan explicaciones del porqué llegó ahí, ni tampoco cómo es que alguien como Cameron Díaz
puede dar clases… ¿qué pasa, acaso es una telesecundarias de perdida en la
selva? Estas incoherencias, aunadas a un humor de retrete sin sentido (y que
parece haber sido recortada en la sala de edición… lo cual es otro gran error:
si vas a hacer ofensivo, sarcástico… ¡hazlo bien!), es lo que hacen tan
insufrible a Malas enseñanzas


Si habría algo rescatable de la cinta, sería Jason Segel como el maestro de
educación física, quien intenta conquistar a Cameron Díaz. Su carisma y mínimas
intervenciones vuelven a demostrar que los personajes más humanos (o cercanos)
son los mejores en las comedias. Y bueno, mejor ni hablar sobre el subgénero de
maestros-alumnos… aquí nunca hay una conexión, una curva de aprendizaje, ni
nada que nos haga partícipe de una historia dentro de las paredes de una
escuela (algo que por ejemplo, Escuela del Rock sí logró).


Ahorra tu dinero y sólo ve el trailer de esta película. En dos minutos puedes
ver los únicos momentos graciosos de este film que comprueba que hay estrellas
que comienzan a apagarse en la industria.


Sí, te hablamos a ti, Cameron Díaz.