Mismo que la estación del Oscar no este todavía en nuestros calendarios, es seguro decir que Little Miss Sunshine es una de las mejores películas del año. Esta dramática producción que habla de un viaje realizado por una familia es muy inspiracional, a pesar de un tanto triste y disfuncional, ella presenta un poco de todo–excepto pretensión.
Historia
La casa de los Hoovers es algo así como un manicomio, pero nadie lastimaría a nadie sin tener conocimiento, excepto ellos mismos. Richard (Greg Kinnear) es un optimista victimizado además de ser un orador motivador que solamente se motiva a si propio. Su esposa Sheryl (Toni Collette) involuntariamente refuerza su comportamiento aplacándolo y ocultando la frustración que ella siente. El papá de Sheryl (Alan Arkin), un viejo mal hablado que es adicto a la heroína, y el hermano (Steve Carell), un gay suicida, estudiante de Proust que es el ejemplo perfecto del cliché tío loco, están también a bordo de ese tren lunático. El hijo de Richard y de Sheryl, Dwayne (Paul Dano), es un seguidor de Nietzsche quién se comunica con su familia solamente por escrito. Entonces hay también la hija, Olive (Abigail Breslin), quién mantiene la familia unida. Y todo lo que ella quiere es competir en el desfile de belleza intitulado Little Miss Sunshine, entonces toda la familia prepara sus bagajes y se meten en el autobús VW de la familia–que casi ya no funciona bien–y embarcan en una aventura sin igual hasta llegaren en California.
Actuación
Si hubiera un premio Oscar para el Mejor Reparto, el elenco de Sunshine sería …despreciado por ser increíblemente convencional. Y los actores casi que no supieron aprovechar la oportunidad, ya que constantemente estaban intentando quitar el protagonismo uno del otro, en cada escena. La cosa más importante en una película, es contar con actores que no son egoístas, pues cuando trabajan en conjunto la producción es generalmente un éxito. A pesar de que todas las actuaciones nada más son que magníficas, los tres más sensacionales son: Collette, Carell y Breslin. La australiana Collette, continúa su brillante y subestimada carrera con este papel de Mamá bien intencionada, que simplemente desea lo mejor para su familia, cuidándola. Carell, quizás el único que puede tener una nominación al Oscar, nos demuestra realmente porqué él es un megastar: él puede actuar de verdad, y aquí actua con un personaje completamente diferente de sus personajes anteriores. (Nos olvidemos, que ese es el individuo que estaba hace poco tiempo se presentando como el farsante comunicador de noticias). Y Breslin (Signs) es simplemente una excelente y talentosa jovencita que proporciona toda la energía positiva que la película necesita y algo más, y hace su papel con valiosa madurez. Es como si ella fuera la inspiradora del título.
Dirección
Hay una historia peculiar detrás de las escenas también: los directores de Sunshine–plural–¡son casados! el dúo hecho por marido-y-esposa, Jonatán Dayton y Valerie Faris son muy conocidos como directores de vídeos musicales, pero no son parte de aquel tipo de personas que hacen su transición a la pantalla grande con una producción grandiosa, como por ejemplo, Torque; gracias a Dios, ellos prefirieron elegir un fundamento importante y no se importaron mucho con el estilo. Si esos directores no fuesen tan dotados, Sunshine no pasaría de una película tonta, llena de locura donde hay una familia disfuncional como tantas películas indies que convierten sus personajes en gente caprichosa y extraña. Pero gracias por la dirección, las actuaciones y al guión de Michael Arndt que es perfecto(es su primer guión), ese conjunto de verdad nos presenta la verdadera identidad de cada personaje. Más lo más notable, sin embargo, es la naturaleza linear de la historia; estos directores claramente no necesitan muchas escenas para transmitir sus temas así como sentimentalismo, y eso es cosa rara y notable. El clímax con el cual todo se culmina solamente se puede ser descrito como inolvidable.