Por Ira Franco

¿Es posible hacer una comedia negra sobre un psicópata sin invitar al cinismo facilón? Marjane Satrapi acaba de demostrar que sí.

The Voices cuenta la historia de Jerry (Ryan Reynolds en su mejor papel), un obrero buena ondita, inseguro y tímido que quiere invitar a salir a la chica guapa de la ofi cina. Jerry visita regularmente a su psiquiatra, parece que su vida empieza a mejorar y, durante algún tiempo, las voces que oye encarnadas en su gato y su perro parecen inofensivas, graciosas… hasta que dejan de serlo.

En su más reciente entrega, Satrapi se aleja por completo de aquel tono de denuncia política-intimista que caracterizó sus primeras cintas, y se entrega a la anécdota del asesino serial, tan socorrida en Hollywood para ganar taquilla.

Aun así, Satrapi demuestra su originalidad como artista y directora conjurando un estilo visual estridente, con una dosis de humor negro, y la incómoda compasión que nos hace sentir por el protagonista.

El horror en Satrapi está emparentado con lo cotidiano, con nuestra tremenda capacidad para engañarnos a nosotros mismos. La novelista/comiquera/directora iraní saltó mundialmente a la fama con la cinta Persépolis (2007), basada en su novela gráfi ca homónima del año 2000 y desde entonces no ha permitido que la encasillen como la “activista exótica de Medio Oriente” en que parecía destinada a convertirse.

The Voices no es ninguna obra maestra, pero sí es un ejercicio refrescante, con una mirada femenina al tema de la soledad y la locura.