Por Josue

Corro

No diré que

el título es pretencioso, es simplemente un spoiler.

Tampoco que

es una película apta para todo público ―no por la sangre, ni el gore, ni porque

haya escenas dignas de un target maduro, sino todo lo contrario― este film es

para tu primo/hermano/vecino de secundaria que irá a ver el film con sus amigos

y/o su ligue en turno: la Profecía del diablo es lo más elemental dentro del género

de terror.

Así de

sencillo.

La historia

es acerca de una chica que después de que su madre la ataca con unas tijeras,

comienza a tener ataques de pánico, de ansiedad y alucinaciones acerca de su

progenitora, su nacimiento, escucha voces, ve cosas que no existen y claro… hay

una subtrama acerca de la religión y el diablo.

Ya sabes,

el arcón más básico del terror. Bueno, es lo elemental, pero mal hecho.

Sin

embargo, el director debutante, Mickey Lidell olvida que lo más básico no es asustarnos

con sonidos hilarantes, sombras o tomas cerradas, no, el verdadero suspenso

proviene de lo desconocido. Pero en La Profecía sabes de antemano todo, sabes

cuándo habrá un grito, cuándo va a aparecer una alucinación, sabes cuándo NO

vas a sentir ese rush de adrenalina.

Cuando una

película de terror no te genera una sensación incómoda, ni ganas de aferrarte a

la butaca, es que estás frente a una cinta que no vale la pena.

Mejor quédate

en casa.