Los muertos regresan a la vida convertidos en zombies hambrientos como alegoría de un malestar social que George A. Romero convirtió en una piedra angular del cine de terror contemporáneo. Filmada con un presupuesto de 114 mil dólares, durante los fines de semana en un periodo de nueve meses, La noche de los muertos vivientes contiene elementos de cinéma vérité y documental, como referencia directa a la cobertura televisiva de la guerra de Vietnam y una queja hacia los medios y gobierno de los EE.UU.