Chencho tiene 13 años, quiere cruzar la frontera entre México y E.U. para llegar a Chicago y reunirse con su hermano. En el camino, se encuentra a un anciano que lo lleva en su carreta jalada por un par de mulas. Pero el viejo muere al poco tiempo, con la brújula aferrada en su mano. Chencho sigue el viaje con el muerto sentdo a su lado. En su travesía va encontrando a una serie de personajes que no tienen a donde ir, ni tampoco razón para quedarse. Uno tras otro suben a la carreta, con dirección al norte, guiados por la mano del muerto, quien poco a poco se va pudriendo y apestando.