Chilango

Kick-Ass 2

Por Luis Roiz

Los personajes creados por Mark Millar y John Romita Jr. regresan a la pantalla grande en esta parodia de lo que son los súper héroes, personajes psicóticos con problemas emocionales y con fantasías adolescentes. Al final de la primera parte veíamos a Kick-Ass (Aaron Taylor-Johnson) disparando una bazooka a su enemigo, el mafioso Frank D’Amico (Mark Strong), mientras su hijo, el súper héroe Red-Mist (Christopher Mintz-Plasse) presenciaba su muerte. Red-Mist juró vengarse de Kick-Ass y Hit-Girl y destruir a todos los súper héroes.

En esta segunda entrega vemos a Kick-Ass y Hit-Girl entrenando y siguiendo su vida de súper héroes, el problema es que Hit-Girl juró ante la muerte de su padre Big Daddy (Nicholas Cage) que iba a obedecer a su nuevo tutor, el cual le prohibe que siga en sus misiones. 

Hit- Girl es obligada a llevar una vida normal, haciendo una serie de ritos de iniciación escolar con coreografías de porristas y viendo videos de una parodia de One Direction, lo que todas las chicas de su edad deben de hacer.

Mientras tanto, al necesitar un compañero de aventuras y ante la negativa de Hit-Girl, Kick-Ass se integra a una legión de súper héroes, lidereados por el Colonel Stars and Stripes (un Jim Carrey irreconocible), ex mafioso convertido al cristianismo. Mientras tanto Red Mist, que ahora se denonima The Motherfucker, hace una legión de súper villanos para destruir a Kick-Ass y todo lo relacionado con él.

Esta segunda entrega pierde un poco la diversión y originalidad frente a la primera, y nos deja con secuencias tragicómicas, escatológicas y violentas, pareciera que el cambio de director, de Mathew Vaugh (quien ha dirigidio Layer Cake y X-Men: primera generación) junto a Jeff Wadlow (Cry-Wolf), perdiera también esa propuesta divertida y macabra.

Kick-Ass 2 es violenta, entretenida a veces, aunque repetitiva. Definitivamente no es una película para niños, aunque parezca por los personajes. Vale la pena quedarse hasta al final para ver una escena que nos deja la sensación de una tercera parte (la versión del cómic ya la tiene). Todo dependerá del éxito en taquilla.