Chilango

Karate Kid

Por Josue Corro



Si Pat Morita estuviera vivo y
viera esta cinta, prepararía su funeral y moriría otra vez
. Porque lo
que
este remake representa es una afrenta a su memoria, y sobre todo a la cinta que lo convirtió en un ícono popular.

Eso era Karate Kid en un clásico instantáneo: fue una película
que
llevaba una fórmula matemática a la perfección, una fórmula que SIN
RAYAR EN
LOS CLICHÉS, contenía elementos arquetípicos ya vistos una y otra vez en
cine:
el perdedor que quiere ganar el respeto de enemigos, conquistar a la
chica, y
madurar gracias a un maestro bizarro. Sin embargo, Karate Kid (al igual
que
Rocky, del mismo director John G. Avildsen) poseía una calidad
inolvidable: sus
personajes tenían un carácter definitivo y orientado hacia un fin común:
ser
creíbles, ser tan comunes y corrientes que te identificabas con ellos.

Pero este remake es todo lo
contrario. Es una ofensa, es una grosería para un clásico no sólo del
cine
deportivo, sino de las películas coming of age,
una muestra más de que
la
taquilla prevalece sobre el sentido común, y el respeto hacia las cintas
originales, vale tanto como un pañuelo desechable. En esta nueva versión
el "karate
kid" es un chico que se muda a China, y que sin ninguna razón más alla
de la lógica
xenofobia, es maltratado por el bully local. Ergo… aprende kung fu de
su casero
y participa en un torneo. Sí, es exactamente la misma historia que tantas veces vimos en el Canal 5. Y creo
que esto
es el principal problema: no aparta nada nuevo a un género que tiene
décadas
sin ser renovado. Es una calca mal hecha y con fallas en el guión (que
detalló
más adelante) que en lugar de provocar algunas sonrisas, sólo comprueban
una
vez más que los remakes son el cáncer del verano.

El primer error de esta película se
originó desde hace años, cuando Will Smith, decidió producir esta cinta
y
colocar a su primogénito en el rol principal. Mala idea, porque no hay
cura
contra el mal congénito de la familia Smith; no saben ser humildes,
siempre quieren
ser (y perdón por mi francés) los chingones, los cool. En este caso Dre,
un
niño atlético, con carisma y rastas acapulqueñas, dista mucho del joven
inadaptado que tiene que lidiar con el rechazo dentro de su propia
cultura
(algo mucho más doloroso que llegar a Beijing, donde sabes que tardarás
en
adaptarte). ¿Cómo diablos, Will Smith iba a permitir que su crío fuera
un loser
como Daniel La Russo? Obviamente no… y es el primer strike.

El segundo
también
tiene que ver con el protagonista y el guión: el director quiere
forzar
una historia de amor entre dos niños de 11 años. No sólo es poco
creíble, también
provoca que la historia pierda ritmo, frescura y aumente su duración
por
cerca de 20 minutos. No hay necesidad de imponer la acción y la
narrativa del
cine… ésta surge sola y con naturalidad cuando hay elementos que
construyen una
línea dramática. Efecto que sí tiene la Karate Kid ochentera; ahí la
subtrama
del romance es la segunda fuerza motor de la cinta, y atribuye valores
mucho más
evidentes y  de cohesión a una historia
que, no sólo trata sobre un torneo de karate, sino de que un adolescente
pueda
encontrarse a sí mismo.

El tercer strike, y el cataclismo
de esta obra son las emociones gratuitas. Es decir, la manipulación
sentimental
que maneja el director. Este nuevo Sr. Miyagi, interpretado por Jackie
Chan
ofrece una sabiduría lisonjera que mezcla los mensajes de una galleta de
la
fortuna, con un Yoda Región 4.
Pero lo que es francamente ridículo es el
entrenamiento de Dre: un recorrido turístico por la capital china, y
unas
escenas inverosímiles en la Gran Muralla. Exhibicionismo gratis,
coherencia
inexistente.

Si habría algo que rescatar de la
película es el realismo con que las escenas de acción fueron filmadas (no
de mi
total agrado, era como ver Street Fighter vs Matrix pero en el patio de
una
primaria), pero que seguramente van a emocionar al público menor de 15
años. Si
esto sucede, sólo espero que estos niños, no crezcan con la idea de que
este
karate kid, es digno rival de su antecesor.

Porque entonces, el mundo habrá
tocado fondo. Justo como este remake.