Por Juan Carlos Escalante

No hace
falta mucho para descalificar a Karate Kid, la más nueva versión
del
homónimo éxito taquillero de los ochentas.
De entrada, es un remake. Para agregar insulto a la herida, viene
de la
productora de Will Smith y su esposa Jada Pinkett, quienes despues de un
exhaustivo
proceso de casting encontraron al mejor actor para
el papel principal: su hijo Jaden Smith. ¡Que afortunados!

Lo más
irritante de Karate Kid es que ¡no es nada mala! Filmada enteramente en
China,
Karate Kid evoca más a El Tigre y el Dragón y menos al "clásico"
ochentero
situado en los feos suburbios de Los Ángeles. Esto es gracias a la
cinematografía del múltiple galardonado Roger Pratt, mejor conocido por
sus
frecuentes colaboradores con el director Terry Gilliam (Brazil, 12
Monos). A
través de su lente la ciudad de Beijing y las zonas arqueológicas Chinas
son hermosos
lugares llenos de ricas texturas y colores, de rincones donde secretos
se
esconden. Esto agregado a buenas actuaciones de Jackie Chan como el
Maestro Han
y Jaden Smith (grrr) hace de Karate Kid una buena opción para llevar a
tu
hijo/hermanito/pareja-que-solo-ve-películas-para-niños.