16. Dios te salve, querido cine: lo único que pido por favor, es que no haya
una secuela.
Que permanezca así, con la memoria de su maestría, con ese final
abierto y respetando la sensibilidad del arte, y no la avaricia de la taquilla.
Que una secuela no venga en camino, que no expliquen lo que le pasó a Cobb, que
Arthur y Ariadne no sean novios, que Eames siga siendo un estafador y que
Fischer disuelva el imperio de su padre. De antemano agradezco que escuches mis
oraciones. Amén. Sin secuelas, en serio.

17. ¿Recuerdan que Robert da un número que se suponía era la combinación de la
caja fuerte de su padre? Pues es el siguiente: 528 491, y lo vemos dos veces más:
a) es el número que le da la chica rubia en el bar del hotel en el segundo
sueño; y b) son los números de los cuartos de hotel, en el mismo sueño. Ah.


18.
LA frase de la película es: «You mustn’t be afraid to dream a little
bigger, darling».
Creo que esta frase se va a convertir en un quote clásico. De
hecho el cine de Nolan carece de frases memorables (me vienen a la mente «I
have this condition» de Memento y « How about a magic trick?» de El caballero
de la noche), pero ésta… ya entró en una lista selecta.

19. Me mató lo que hizo Nolan con los nombres de algunos de sus personajes:
Robert Fischer está inspirado en Bobbie Fischer, uno de los mejores jugadres de
ajedrez de todos los tiempos. Ariadne era el nombre de la princesa de Creta que
ayudó a Teseo a escapar del famoso Laberinto del Minotauro. Mal, pues viene de
maldad. Mmm…

20. Teoría
del final: Cobb se queda en el limbo.
Lo que imagina/piensa es una fantasía
creada por el Dream Master, que es su suegro (recuerda que Michael Caine le
enseña todo lo que sabe sobre los sueños). Qué casualidad que a) él lo espera
en el aeropuerto; b) sus hijos tienen la misma ropa, y la misma edad durante
toda la cinta; c) su hijo le dice al final que va a construir algo en el
arrecife (neta… ¿un arrecife?) y d) la última mirada de Michael Caine… dice
mucho. Ni modo. Cobb estás muerto. O en el limbo. Es lo mismo.

Mi Tótem: una pelota de béisbol marcada con algo específico. Una firma o tal vez
una inscripción que no les puedo decir… qué tal si me quedo en un sueño dentro
de un sueño. ¡Shhh!