Esta semana regresó Wim Wenders a las salas de proyección. El director alemán que nos atrapó con Las alas del deseo (1987) se aventó a la nueva tecnología del 3D para documentar la obra artística de su amiga, la coreógrafa Pina Bausch.

Pina murió en 2009, y Wnders dirigió esta cinta para rendirle un homenaje a su técnica. Durante 35 años, la coreógrafa de renombre internacional fusionó la disciplina del ballet con los movimientos impredecibles de la danza moderna.

Esta película utiliza tan bien la tercera dimensión y tiene una sensibliidad tan grande, que quisimos enlistar los documentales que, pues, documenten (¡duh!) algún proceso artístico del que podamos disfrutar en grande.

Aquí los que más nos gustan.