Por Alejando Alemán

"Il y a

longtemps que je t’aime

Jamais je

ne t’oublireai"

Canción infantil francesa.

Todos tenemos un secreto obscuro, algún

pecado que guardamos celosamente y del cual, de ser posible, no

querríamos

hablar nunca más. La protagonista de esta cinta no tiene esa opción,

el pasado la sigue y todos a su alrededor no dejan de preguntarle,

incesantemente:

¿dónde has estado estos últimos 15 años?

Juliette Fontaine (le hermosa Kristin

Scott Thomas) llega a casa de su hermana menor Léa, a quien no ve desde

hace 15 años. Pero este no es un encuentro feliz. Lea recibe con los

brazos abiertos a su hermana, Juliette en cambio pareciera no importarle

nada, su rostro habla de angustia, pero sus ojos, esos ojos y esa mirada

sin vida hablan de una historia aún más terrible.

La casa de su hermana menor es el

clásico

lugar feliz, Léa vive con su esposo Luc, y sus dos hijas adoptadas,

donde destaca la muy despierta Clelis, quien de inmediato, desde su

inocencia infantil, comenzará a torturar con preguntas a Juliette.

El misterio del pasado de Juliette se irá descifrando poco a poco.

Seguramente recuerdan a Kristin Scott

Thomas, ella es de esas pocas actrices que con toda soltura sabe ir

del cine Europeo (pausado, íntimo) al cine Hollywodense (acción,

suspenso)

sin temor ni falla alguna. Su filmografía está llena de contrastes,

desde un Mission: Impossible (De Palma, 1996),

hasta un Gosford Park (Altman, 2001); desde un The

English Patient (Minghella, 1996) hasta una Confessions of a

Shopaholic (Hogan, 2009). ¿Cuántas actrices conocen que puedan

hacer eso?

Scott Thomas hace la película, esta

es una de sus mejores actuaciones de su vida; el entusiasmo de los

críticos

ante su trabajo fue tal que se pensó sería nominada al Oscar, cosa

que nunca ocurrió. Desvanecido el hype, la cinta llega con casi

dos años de retraso a México.

Estamos ante una especie de thriller

muy europeo, el director juega con su audiencia y sus personajes, nos

confronta con información a medias: quienes saben el secreto de Juliette

no quieren hablar de ello, los que no lo saben la cuestionan con placer

casi sádico. La información fluye lenta, sin vueltas de tuerca, pero

con revelaciones inesperadas y anticlimáticas.

Hace Mucho Que te Quiero

es una cinta que cumple a rigor el canon del cine francés: pequeñas

grandes historias, dramas cotidianos que se muestran sin el artificio

al que nos tiene acostumbrado Hollywood, pero que de alguna manera,

casi siempre sutil, terminan cuestionándonos más que cualquier otra

película.