A imagen de la vedette roquera del largometraje, esta comedia sobre un viaje podría parecer desordenada y disyuntiva pero sigue siendo de todas formas un espectáculo increíble.
La comedia romántica Forgetting Sarah Marshall (2008) no tenía razón alguna para ser considerada un largometraje memorable pero aún así logró brindar algunos instantes inolvidables, entre ellas la interpretación realizada por el cómico británico Russell Brand en el papel de Aldous Snow, la vedette roquera de un narcicismo caricatural y rival romántico del personaje irritable encarnado por Jason Segel. Con su interpretación de una especie de hibrido de Marc Bolan y Liam Gallagher el cómico logró alcanzar la fama que hasta ese momento se le escapaba de su alcance fuera del territorio del Commonwealth, abriendo el paso para ser invitado para participar en emisiones cómicas especiales, contratado para importantes trabajos como anfitrión y finalmente, un vehículo donde él juega el papel estelar, Get Him to the Greek. Presentado oficialmente como una obra derivada de Sarah Marshall resulta ser que una de las muy pocas veces en que un largometraje de esta índole supera la obra de la cual se inspiró.
Y esto se lo debemos casi en un 100% a Brand, cuyo carisma y autenticidad en la piel de Snow (ni siquiera parece ser una actuación) logra darle frescura y diversión a los viejos cliché sobre estrellas de rock formulados en Get Him to the Greek (consumo de drogas, fiestas todas las noches, filosofías New Age, groupies insípidos, etc.). En el papel de Aaron, un ejecutivo junior de una disquera el actor Jonah Hill (Superbad) demuestra una solida interpretación al compartir la pantalla con Brand, un ser volátil y que es abierto a experimentar el mundo de las drogas, a quien debe escoltar de Londres a Los Angeles donde ha de presentarse en el Greek Theatre para el concierto especial marcando su retorno al escenario.
Pero se rinde ante el encanto del indómito y diabólicamente encantador Snow, y surgirá una serie de contratiempos durante la accidentada ruta desde Los Angeles a Londres — algunas escandalosamente cómicas, y otras no tan cómicas, y casi todas tienen algo que ver con drogas. Tal como fue construida por el guionista y director Nicholas Stoller (que también fue el responsable de dirigir Sarah Marshall), Get Him to the Greek es una comedia sobre la camaradería masculina durante un viaje alucinante, una especie de Fear and Loathing con la sensibilidad de Apatow. Como la estrella de rock que protagoniza el papel principal, la película se deja llevar a la deriva, los chistes pierden su fuerza y las sub intrigas ni siquiera tienen un desenlace, pero la película siempre logra volver a encontrar nuevamente el camino adecuado gracias, en buena parte, a la actuación cómica e inspirada de Sean P. Diddy Combs en el papel del empleador de Aaron, un magnate de la industria disquera. Al igual que en el caso de Brand, también él da la impresión de no estar actuando tampoco.